La Tierra se encuentra en constante cambio y ese aspecto incluye a la cantidad de masa que contiene nuestro planeta.
Al construirse estructuras en la Tierra, lógicamente, no se agrega masa, porque se está utilizando y moldeando la ya existente. En tanto, la mayoría de cohetes y satélites que llegan a orbitar nuestro planeta caen por la gravedad sin cambiar la ecuación.
El núcleo de la Tierra pierde energía con el pasar del tiempo, pero este dato no representa una amenaza latente porque solo son 16 toneladas métricas por año. En ese mismo periodo, el planeta gana 160 toneladas de energía por el aumento de temperatura, pero también es una cantidad insignificante.
En 2012, el microbiólogo Chris Smith y el físico de la Universidad de Cambridge Dave Ansel precisaron en el programa More or Less de BBC Radio 4 que la Tierra está perdiendo 50.000 toneladas de masa cada año. Pero, ¿cómo llegaron a esa estimación?
Primero, los expertos consideraron las 40.000 toneladas de polvo espacial, remanentes del sistema solar, que son atraídas por la gravedad del planeta y aumenta su masa.
Pero hay algo que hace que el planeta pierda más masa de la que gana con el polvo espacial.
El hidrógeno y el helio de la atmósfera son elementos tan livianos que tienen la tendencia de escapar fuera de la Tierra.
“Los físicos han demostrado que la Tierra está perdiendo alrededor de tres kilogramos de gas hidrógeno por segundo. Son aproximadamente 95.000 toneladas de hidrógeno las que el planeta pierde cada año. El otro gas muy ligero al que le está sucediendo esto es el helio y hay mucho menos alrededor, por lo que se pierden unas 1.600 toneladas de helio al año”, explicaron.
Por tanto, el balance final indica que la Tierra pierde 50.000 toneladas cada año.
Para los 6 trillones toneladas métricas que contiene nuestro mundo, esa pérdida representa aproximadamente el 0,000000000000001% de la masa total.
En ese sentido, se necesitarían billones de años para que el escape de los elementos se haga sentir.
El astrónomo Michael E. Bakich, destacó en un artículo de 2017 que un planeta puede perder su atmósfera debido a la interacción con el viento solar.
“En este caso, la energía de esa corriente de partículas cargadas puede aumentar la velocidad de las moléculas de gas lo suficiente para escapar de la gravedad del planeta”, explicó.
Sin embargo, prosiguió comentando, nuestro fuerte campo magnético nos provee de una defensa natural. Aquel desvía casi todas las partículas del viento solar hasta 40.000 millas (65.000 kilómetros) de la Tierra, escribió Bakich.
El experto de Astronomy también había tomado en cuenta el caso del hidrógeno y el helio. “El planeta parece estar en un programa de pérdida de peso”, ironizó.