Los niños y adolescentes, que comúnmente tenían aliados para mantener su buena salud mental en escuelas, clínicas o consultorios para pacientes ambulatorios, ahora van en mayor proporción a lugares con gente hospitalizada o al servicio de urgencias, comprobaron Polina Krass, pediatra en el Children’s Hospital of Philadelphia y la Universidad de Pensilvania, y sus colegas mediante una serie de análisis.
Los hallazgos obtenidos en los Estados Unidos se encuentran colgados en la web de JAMA Network Open.
Las conclusiones fueron redactadas tras examinar datos de 11.500 visitas de salud mental a los servicios de urgencias durante el período de tres años, entre el 1 de enero de 2018 y el 1 de enero de 2021, y de abril a diciembre de 2020 (en pandemia). Fue considerado el grupo etario de 5 a 24 años (niños, adolescentes y adultos jóvenes).
A través de la última década, según la pediatra Polina Krass, más niños están yendo a salas hospitalarias buscando una solución al decaimiento de su salud mental. Para los jóvenes, la depresión y la ansiedad se han incrementado desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que la expansión descontrolada del coronavirus era una pandemia.
Según expertos de la Universidad de Pensilvania, la pandemia representa un riesgo diferente para cada familia y los individuos que la integran.
Sara Jaffee, profesora de Psicología en la Escuela de Artes y Ciencias, que estudia el efecto del estrés en los niños, subrayó que si uno de los padres había perdido su empleo, a raíz de los desajustes económicos por la crisis sanitaria a causa del coronavirus, o personas cercanas se enfermaban, las experiencias traumáticas se declaraban con una probabilidad mayor.
“Cuando los padres están estresados, sus hijos lo ven y comienzan a asumir ese estrés”, explicó Marcus Henderson, un enfermero psiquiátrico de niños y adolescentes de Penn Nursing.
La proyección optimista es que los afectados se recuperen a largo plazo. “Y aquellos que han sido acosados o que tienen ansiedad social, algunos de los cuales probablemente sintieron alivio por el cierre de las escuelas y la falta de situaciones sociales, enfrentarán obstáculos completamente diferentes”, pronosticó Henderson.