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Ciencia

Estudio revela que la COVID-19 genera tentáculos en las células, similar al cáncer

Los científicos creen que estas extensiones, llamadas filopodios, son usados por el virus para propagarse a otras células. Esto abre la posibilidad de emplear fármacos existentes contra el cáncer para combatir el nuevo coronavirus.

larepublica.pe
Imagen microscópica de las céluas renales de un mono africano infectado con SARS-CoV-2. Foto: NIH

Un equipo de científicos descubrió que el nuevo coronavirus puede provocar cambios estructurales en las células que infecta. Los expertos detectaron tentáculos fibrosos (filopodios) fabricados a partir de las proteínas quinasas, las mismas que el cáncer emplea para ramificarse.

Los hallazgos fueron publicados en la revista Cell e incluye imágenes en primer plano tomadas con un microscopio electrónico. Los investigadores, dirigidos por la Universidad de California San Francisco, creen que estos tentáculos explicarían la rápida propagación del coronavirus en las células.

“Creemos que el SARS-CoV-2 podría estar utilizando estas extensiones de células largas, llamadas filopodia , como carreteras virales para acercar nuevos virus a las células vecinas, lo que facilita la infección”, indica, en un artículo de The Conversation, Nevan Krogan, director del Instituto de Biociencias Cuantitativas de la UCSF, encargado del proyecto.

El desarrollo de estos tentáculos, señala el catedrático, tiene que ver con las quinasas, proteínas que contiene cada una de las células de nuestro cuerpo. En total, contamos con 518 tipos de quinasas.

Su trabajo consiste en controlar las funciones del cuerpo. A través de un proceso llamado fosforilación, pueden determinar cuándo otras proteínas deben hacer su trabajo.

Este mapa muestra cómo el coronavirus cambia la función de las quinasas (interruptores celulares involucrados en la mayoría de los procesos biológicos) y las proteínas que controlan. Foto: Investigadores de la Universidad de California

Por ejemplo, para curar un corte en la piel, las quinasas específicas se encienden y le ordenan a las proteínas involucradas en el crecimiento celular qué hacer.

En el caso de la COVID-19, los científicos observaron que, al infectar el coronavirus una célula humana, secuestra también a varias quinasas. Una de ellas, llamada CK2, es utilizada para crear protuberancias en forma de tentáculos, los cuales hacen agujeros a las células vecinas y facilita la infección.

Similar al cáncer

“Las quinasas son actores centrales en la función celular, así como en la mayoría de las enfermedades”, destaca Krogan.

En el cáncer, estas también son utilizadas para iniciar el proceso de ramificación y diseminación de la enfermedad. Esencialmente, se trata de un “mal funcionamiento de la maquinaria celular”, que causa el crecimiento descontrolado de las células, aclara el docente.

Los virus cambian la función de esta maquinaria, aunque a propósito. No obstante, en vez de provocar el crecimiento celular, se aprovecha la modificación para producir más virus.

“No es sorprendente que los virus tomen el control de muchas quinasas para hacer esto”, agrega Krogan.

Pese a esta particularidad, no es común que los virus desarrollen tentáculos “desagradables y siniestros” como estos, dice el investigador. Los que lo hacen, como la viruela, no generan tantos o de la misma extensión como lo hace el SARS-CoV-2.

Célula infectada con el coronavirus SARS-CoV-2 con crecimiento de filopodios (en blanco) extendiéndose. Foto: Universidad de Fribugo.

Buena noticia

Pero no todo es malo en este nuevo descubrimiento. Incluso puede ser un acercamiento hacia un tratamiento futuro contra el coronavirus.

Debido a la similitud en el proceso que realizan el virus de la COVID-19 y el cáncer, los científicos consideran que puede emplearse una serie de medicamentos existentes contra esta última enfermedad para combatir la pandemia.

“Tiene mucho sentido que haya una superposición en los medicamentos contra el cáncer y un efecto antiviral”, expresa Krogan.

En esa línea, los fármacos dedicados a la inhibición de quinasas, como silmitasertib y otros más de 80 medicamentos, pueden ser útiles.

“Hay 87 medicamentos existentes que cambian las vías controladas por la quinasa utilizadas por el coronavirus. La mayoría ya están aprobados para uso humano o están actualmente en ensayos clínicos para tratar el cáncer, y podrían reutilizarse rápidamente para tratar a pacientes con COVID-19″, concluye Krogan.