Las personas con un gen defectuoso relacionado con la demencia podrían tener el doble de probabilidades de desarrollar una infección más grave si se contagian de COVID-19, según una reciente investigación, la cual sugiere cómo la genética puede desempeñar un papel importante sobre por qué algunos son más vulnerables al coronavirus que otros.
El estudio, publicado en el Journal of Gerontology: Medical Sciences, fue desarrollado por un equipo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y del Centro de Salud de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos).
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Los investigadores utilizaron los datos del Biobanco del Reino Unido, que recopila datos genéticos y de salud de 500.000 voluntarios de entre 48 y 86 años, analizando la información de 382.188 participantes con ascendencia europea y se centraron en un gen llamado ApoE, del cual hay tres variantes.
Así encontraron que, de todas las personas estudiadas, 9.022 (2.36 %) tenían dos copias defectuosas de este gen, es decir, la variante e4, conocida como el genotipo ‘e4e4’, mientras que 223.457 (69 %) tenían dos copias de la variante e3, el genotipo más común.
De acuerdo con el estudio, una de cada 36 personas de ascendencia europea tiene dos copias defectuosas de este gen, el cual aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer hasta 14 veces y también aumenta los riesgos de enfermedad cardíaca.
Asimismo, el equipo examinó 721 pruebas positivas para COVID-19 que se realizaron en el país entre el 16 de marzo y el 26 de abril. Los resultados revelaron que 37 (5.13 %) pacientes contagiados tenían dos copias de la variante e4, mientras que 401 tenían dos copias de la variante e3.
Tras evaluar diferentes factores, como la edad y el sexo, los investigadores determinaron que las personas con dos variantes de e4 presentaban más del doble de riesgo de padecer infección grave por coronavirus que aquellas con dos variantes de e3, incluso si no han desarrollado demencia.
“No se trata solo de la edad: este es un ejemplo de una variante genética específica que causa vulnerabilidad en algunas personas”, resaltó David Melzer, profesor de epidemiología y salud pública en la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter y coautor de la investigación.
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“El estudio sugiere que este alto riesgo puede no ser simplemente debido a los efectos de la demencia, la edad avanzada o la fragilidad, o la exposición al virus en hogares de cuidado”, explicó Melzer. “El efecto podría deberse en parte a este cambio genético subyacente, que los pone en riesgo tanto de COVID-19 como de demencia”.
Por su parte, la Dra. Chia-Ling Kuo, de la Universidad de Connecticut, destacó que “este es un resultado emocionante porque ahora podríamos determinar cómo este gen defectuoso causa vulnerabilidad al COVID-19. Esto podría conducir a nuevas ideas para tratamientos”.
Además, aseguró que esta investigación también es importante “porque muestra nuevamente que el aumento de los riesgos de enfermedades que parecen inevitables con el envejecimiento en realidad podría deberse a diferencias biológicas específicas”.