Una reciente muerte en China ocasionada por el hantavirus ha llamado la atención de las autoridades sanitarias del país que aún se encuentra resurgiendo luego de la la epidemia de COVID-19.
Ante la incertidumbre que pueda generar un nuevo brote infeccioso en el gigante asiático, es necesario precisar lo que se conoce hasta ahora de este virus que se descubrió en 1993 y que infecta cada año a 300 personas en América.
El hantavirus, también llamado ortohantavirus, es un virus de ARN cuyos portadores son los roedores. Está presente en la saliva, en la orina y en los excrementos de estos animales.
Los humanos pueden adquirir el virus al inhalar partículas microscópicas de la saliva, la orina o material fecal de los roedores infectados. Otra vía de contagio, aunque menos frecuente, es la picadura de un insecto infectado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) precisa que las transmisiones de hantavirus ocurren generalmente en áreas rurales, como bosques, campos, granjas, etc; pero también es posible que ocurra en áreas urbanas.
No se han reportados casos de contagios de persona a persona.
La infografía muestra el contagio del hantavirus. Crédito: Ministerio de Salud del Perú.
Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), una persona infectada con el hantavirus puede desarrollar dos condiciones potencialmente mortales
El Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH), presenta fatiga, fiebre y dolores musculares, especialmente en los muslos, caderas y espalda.
La Fiebre hemorrágica con síndrome renal (FHSR), que genera visión borrosa, dolores intensos de cabeza, enrojecimiento del rostro, los ojos e incluso la aparición de salpullido.
Por su parte, la OPS señala que después de cuatro a diez días de la fase inicial de la enfermedad, “los síntomas incluyen tos y disnea severa, requiriendo cuidados intensivos”.
La OPS indica que las tasas de letalidad de la infección por hantavirus puede llegar hasta el 60 %. Esto quiere decir que más de la mitad de los infectados no resiste la enfermedad y fallece. Los pacientes que desarrollan SCPH son más vulnerables.
Sin embargo, la misma entidad enfatiza que el diagnóstico temprano de la enfermedad puede reducir la tasa de mortalidad a la mitad.
Según la OPS, no hay un tratamiento enfocado en eliminar el hantavirus. Por tal motivo, se recomienda que después de haberse detectado la infección y durante las etapas iniciales de la enfermedad, el paciente reciba antipiréticos y analgesia, según sea necesario.
En los casos graves, como se mencionó, la persona debe ser trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos.