Libro aborda las relaciones del autor. Em la metamorfosis con el mundo checo. La lucha por escribir aparece a más de 80 años de su muerte e incluye fotos, postales y manuscritos. EFE. Praga. Más de ocho décadas después de la muerte del escritor Franz Kafka, se acaba de publicar en su Praga natal la primera biografía de un estudioso checo sobre un genio que es más valorado internacionalmente que dentro del país centroeuropeo. Un libro para coleccionistas En su libro titulado La lucha por escribir. Sobre el compromiso vital de Franz Kafka, el filólogo Josef Cermak trata de “abordar las relaciones de Kafka con el ‘mundo checo’, que son más amplias de lo que muchos piensan”, explicó. Esta hermosa edición para coleccionistas, con una tirada de 2,500 ejemplares, tiene mucho material inédito, como fotos, postales escritas de sus viajes al extranjero y manuscritos relacionados con asuntos familiares. Todo ello debía haber salido a la luz en los años 60, pero entonces la plana mayor de la editorial Odeon vaciló “al tratarse de un pequeño praguense sin importancia”, recuerda Cermak. Por aquel entonces vio la luz la biografía del estudioso alemán Klaus Wagenbach, con quien debería haber colaborado Cermak, pues tuvo acceso al rico legado que conservaba la sobrina del escritor, Vera Saudkova. Kafka y Checoslovaquia Cermak respalda la tesis de que Kafka entendía muy bien el idioma eslavo, pues “fue capaz de apreciar la calidad literaria de un autor como Vladislav Vancura, que tiene un lenguaje muy peculiar, muy bello pero deformado”. La producción kafkiana estuvo prohibida durante la Checoslovaquia socialista, al ser considerado un autor “reaccionario”, dice Cermak, por lo que sus estudiosos fueron acosados por la policía política del régimen. Así lo recuerda este mismo “kafkólogo” que se vio obligado a publicar su primera investigación en la vecina Alemania con un seudónimo, y no fue hasta entrada la democracia cuando se decidió a traducir al checo las obras El desaparecido (1990), El proceso (1997) y Diarios I, 1909-1912 (1997). En cualquier caso, la capital bohemia fue la ciudad donde Kafka se educó, por la que paseó y de la que se embebió, en medio de sus depresiones, de su auténtico horror al ruido y su sentido de la responsabilidad, algo que acabó por hacerse casi insoportable, recordó Cermak sobre el autor de La metamorfosis, quien trabajaba en una aseguradora de accidentes industriales. Praga fue también el lugar que inspiró sus obras, donde se volcó su genialidad, y donde tuvo sus amores, ninguno de los cuales acabó en matrimonio, si bien estuvo dos veces prometido con Felice Bauer. No fue profeta en su tierra Kafka es hoy, veinte años después de la caída del comunismo, una de las figuras recurrentes del paisaje urbano de Praga, pero “su obra resulta más conocida fuera que dentro del país”, reconoce Marketa Malisova, directora de la Sociedad Franz Kafka. Si bien existen numerosas placas conmemorativas, bustos y estatuas en su honor –una plaza lleva su nombre y un centro que populariza su obra–, la inercia del pasado ha impedido que tenga el mismo reconocimiento que en el exterior y que forme parte incuestionable del bagaje literario de sus compatriotas. Datos Lengua. Kafka, nacido en 1883 en la capital de Bohemia durante el Imperio Austro-húngaro, escribía sólo en alemán, el idioma que hablaba gran parte de la comunidad judía praguense a la que pertenecía. "Legado. Su obra ha llegado a nuestros días gracias a que su amigo el escritor Max Brod contradijo la última voluntad de Kafka, que pedía destruirla.