Mario Vargas Llosa en homenaje a escritor uruguayo. También señaló que autor de El pozo es el primer escritor moderno en lengua castellana. Pedro Escribano. Mario Vargas Llosa sostuvo que Juan Carlos Onetti es un escritor que se inmola cuando escribe. El autor de La fiesta del Chivo participó este fin de semana en el homenaje que se le tributó al escritor uruguayo en el Centro Cultural de España por el centenario de su nacimiento. El escritor peruano en su intervención en “La perfecta regularidad de la maestría”, nombre del homenaje, señaló que “Onetti era uno de esos escritores que se inmolan en lo que escriben. Esa frase que para muchos ustedes puede aparecer exagerada, una metáfora un poco truculenta y apocalíptica, no es así”. Comentó que el autor de Juntacadáveres así lo hacía. Vargas Llosa afirmó que hay autores que escriben despersonalizándose, que salen de sí mismos para crear sus historias. Y puso como ejemplo a Leon Tolstoi. “Tolstoi, por ejemplo, extraordinario, maravilloso escritor, se despersonalizaba en el momento que escribía. De alguna manera su yo profundo estaba lejos y fuera de aquello que escribía”, explicó. “Pero hay otros escritores –arguyó– que hacen exactamente lo contrario, que de alguna manera, a la hora de escribir, abren su propio cuerpo y escarban en sus propias entrañas, y allí adentro, explorando lo más profundo de lo que hay en ellos, no solamente lo bueno sino también lo malo, no solo lo generoso sino también lo mezquino, lo duro y lo terrible, hacen literatura a partir de eso. “Esos son los escritores que en la historia de la literatura se les llaman generalmente malditos, escritores que en lo que escriben muestran el lado oscuro de la realidad humana, de la condición humana. Esos fondos terribles, traumáticos, irracionales, de los que salen a veces esas explosiones de violencia, individuales o colectivas”. Comentó que en América Latina no hay otro escritor que se inmole como lo hizo Onetti en su obra, y que en ella existe una tensión dramática de seres frustrados, derrotados. “Sus personajes –explicó el escritor– no tienen la vida que quisieran tener, son generalmente seres incapaces de triunfar en eso que se llama la lucha por la vida. Son derrotados en esa lucha porque carecen de las actitudes, de cinismo, de la falta de escrúpulos, según la versión de la vida que nos dan estas novelas, son los requisitos indispensables para triunfar”. En otro pasaje, Vargas Llosa afirmó que Onetti es el primer novelista de la lengua castellana al que se le puede llamar moderno, que tuvo “plena conciencia de la importancia de la forma sobre el éxito de la obra”. Entendió que “lo fundamental a la hora de contar no es la historia sino la manera de contarla”. Visión de Latinoamérica “Yo creo, aunque Onetti no lo premeditara, y probablemente si alguien se lo dijera se hubiera indignado, que fue un escritor profundamente latinoamericano, profundamente en el sentido cabal de esta palabra porque en su mundo, si nosotros escarbamos y tratamos de llegar a sus raíces, encontramos a América Latina, a una América Latina que desde luego no es de la literatura pintoresca, colorista, regional. No, es la América Latina del fracaso, de la frustración. Es la América Latina donde los seres humanos no pueden realizar sus anhelos y se sienten víctimas de marginaciones, de injusticias, que sienten que no tienen la vida que quisieran, que el mundo es injusto porque los asfixia, los ahoga, no los deja realizarse, y eso les produce un malestar, un malhumor, un disgusto no solo físico sino también psicológico y hasta metafísico. Esa es una realidad de América Latina y es una realidad maravillosamente presente en la obra de Onetti.