Español sorprende al revelar qué país africano es igual al PERÚ: "Es una versión árabe"
Un youtuber especializado en viajes ha descubierto sorprendentes similitudes entre Perú y un país de la comunidad árabe, revelando una inesperada conexión cultural entre ambas naciones.
Un youtuber español sorprendió a sus seguidores al compartir su perspectiva sobre las similitudes entre Perú y un país de la comunidad árabe. Según su opinión, esta nación comparte características culturales, paisajes y tradiciones que lo hacen comparable con Perú, describiéndolo como "una versión árabe de Sudamérica". La revelación ha generado gran interés y debate entre sus seguidores, quienes han comenzado a explorar estas inesperadas conexiones entre ambas naciones.
Se trata de Marruecos, un país ubicado en el norte de África, que limita con Argelia, el famoso Sahara Occidental y, curiosamente, con territorios españoles como Melilla y Ceuta. Actualmente, Marruecos tiene más de 36 millones de habitantes y es uno de los destinos turísticos más importantes del continente africano. Pero seguramente muchos se preguntarán: ¿cuáles son las similitudes que comparte con Perú? A continuación, se mencionan los aspectos que ambos países tienen en común, según lo expresado por el YouTuber.
La Familia de Lenguas Romances: el vínculo lingüístico que une a los dos países
Las lenguas romances son aquellas que provienen del latín, e incluyen tanto al español como al francés, que comparten un origen común. La idea de asociar ambos países surge del hecho de que Perú y Marruecos tienen como lenguas principales el español y el francés, respectivamente.
A pesar de que estos idiomas no son iguales ni se comprenden de manera inmediata, es fascinante notar cómo ambos provienen de una misma familia lingüística. Este lazo común revela raíces compartidas, estructuras gramaticales similares y ciertos vocablos parecidos, lo que nos recuerda cómo la evolución del lenguaje puede ramificarse en diversas formas, pero manteniendo un vínculo esencial. Este nexo es un recordatorio de que, aunque las lenguas divergen, siguen conectadas en su esencia más profunda, reflejando la historia común de las culturas que las hablan.
Sin embargo, una semejanza entre ambos países es la presencia de idiomas suboficiales que se hablan principalmente en las regiones montañosas o rurales. En Perú, especialmente en la región de la sierra, se habla quechua y otras lenguas dispersas en los lugares más recónditos del país. Por otro lado, en Marruecos, existen dialectos como el bereber, que se distribuyen en diferentes zonas del país. No obstante, la marginalización ha provocado que estos dialectos no se utilicen como principal medio de enseñanza en las áreas urbanas de ambas naciones.
Marruecos es uno de los países africanos que pertenecen a la comunidad árabe. Foto: Unsplash
Zonas montañosas y lugares inhóspitos
Las zonas montañosas de Perú, como la Cordillera de los Andes, y de Marruecos, como el Alto Atlas, comparten paisajes impresionantes y culturas diversas. Es allí donde los habitantes de la región se comunican en sus respectivas lenguas autóctonas, preservando así su identidad cultural.
Otra similitud geográfica es el hecho de compartir una región inhóspita. Hablamos del Amazonas en Perú, una región llena de frondosos bosques y una alta densidad de selva virgen, mientras que el desierto del Sahara Occidental es un territorio no autónomo ubicado al sur de Marruecos.
La Cordillera del Atlas es uno de los lugares más llamativos de Marruecos. Foto: Bookatrekking
El latente subdesarrollo y emigración
El número de pueblos en ambos países es tan extenso que parece imposible de cuantificar. Muchas de estas áreas carecen de los servicios básicos necesarios para cumplir con los estándares de desarrollo sostenible. Además, las zonas más alejadas carecen de carreteras, tienen una infraestructura limitada y muy poco acceso a la modernidad.
Por otro lado, la migración entre ambos países es considerable, ya que muchos de sus habitantes buscan mejores oportunidades, tanto en calidad de vida como en el ámbito laboral. En este contexto, el flujo migratorio es mayor desde Marruecos, debido a su proximidad con naciones como España y Francia, esta última comparte el idioma debido a su historia colonial. Otros destinos preferidos por los inmigrantes de ambos países incluyen Estados Unidos y otras naciones europeas.
Excolonias europeas
La historia de Perú y Marruecos, aunque geográficamente distantes, está marcada por un factor en común: el colonialismo europeo. Ambos países fueron objeto de explotación por potencias extranjeras que moldearon profundamente sus estructuras sociales, políticas y económicas.
Perú fue conquistado por la Corona Española en el siglo XVI y permaneció bajo su dominio durante cerca de 300 años, hasta obtener su independencia en 1821. Por su parte, Marruecos fue colonizado por Francia y España en el siglo XX, bajo un régimen de protectorado que inició en 1912 y finalizó en 1956. El país magrebí se convirtió en un punto estratégico para Europa, dada su cercanía al Mediterráneo y su acceso al continente africano.
Ambos países comparten la herencia de haber sido moldeados por manos extranjeras, lo que ha influido en sus caminos hacia la independencia y en sus luchas por recuperar y reafirmar su identidad nacional. Hoy en día, Perú y Marruecos son naciones que navegan entre sus tradiciones y la modernidad, con una rica historia que refleja los desafíos de haber sido colonias de poderosas potencias europeas.
Atractivos turísticos baratos
Perú y Marruecos son países llamativos por sus maravillosos lugares para explorar. Cada uno cuenta con lo necesario para convertirse en un atractivo turístico. La situación económica para cubrir los gastos de viaje a estas naciones no representa un problema, ya que la mayoría de los turistas extranjeros disfruta de una buena posición económica en sus países de origen. Además, los camélidos son una característica compartida por ambos, como los camellos en Marruecos y las llamas en Perú.
A pesar de algunas similitudes entre ambos, las diferencias en aspectos como la religión, las costumbres cotidianas, el idioma principal y la historia son notables para definir el contraste entre uno y otro.