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La historia de Gerardo Valvecchia, el oftalmólogo que devolvió la vista a 1.000 personas en África

El reconocido y prestigioso oftalmólogo argentino viajó hasta Senegal y cambió la vida de muchas personas gracias a una campaña humanitaria.

Los pacientes que se operaron tenían ceguera legal, es decir, que veían muy poco. Foto: captura de redes.
Los pacientes que se operaron tenían ceguera legal, es decir, que veían muy poco. Foto: captura de redes.

Gerardo Valvecchia, un reconocido cirujano oftalmológico argentino de 51 años, decidió, en enero del presente año, viajar el país africano Senegal para formar parte de una comisión humanitaria.

La iniciativa fue impulsada por su compañera Elena Barraquer Compte, otra prestigiosa oftalmóloga y creadora de una fundación encargada de luchar contra la ceguera evitable en el continente africano.

Misiones que cambiaron muchas vidas

Valvecchia estuvo trabajando el Hospital Militar de Dakar, ubicado en Senegal, África. En ese lugar, logró salvar la visión de 1.062 personas, entre niños y adultos, gracias a las operaciones que él y su equipo llevaron a cabo. Todo se hizo en un transcurso de cinco días.

“La cantidad de pacientes fue bastante elevada, sumado a la complejidad de los casos. Hubo algunos muy extremos”, comentó Gerardo.

“Me motiva llevarle la medicina al paciente, en lugar que venga hacia donde yo estoy. Siempre quise hacerlo en mi país y, a veces, es más fácil hacerlo en África que en Argentina”, finalizó.

Trabajo arduo que vale la pena

Día a día, Gerardo Valvecchia y su equipo, conformado por 31 personas provenientes de España, Venezuela, Italia y Sudáfrica, entre oftalmólogos, instrumentistas y técnicos en anestesia, atienden entre 50 a 60 personas.

“En África, aparte de la necesidad de mucha gente de realizarse la operación, los médicos no tienen a veces la destreza para hacer esa cirugía. Allí faltan recursos económicos y humanos”, informó el argentino.

“Viajé con mi hija cuando ella tenía 18 años y terminó arriba de una camilla agarrando la cabeza de un nene para que no se moviera. Es que en estas situaciones sacas cosas de adentro que no sabes que tienes para ayudar al otro. No sé que nos motiva, pero seguiremos haciéndolo”, finalizó.