La de Sofía Gubaidúlina (Tartaristán, 1931) es una de las obras mayores de la música académica contemporánea. Esto se sabe, aun entre nosotros, donde la inmortalidad de los grandes compositores “clásicos” hace difícil sobrevivir a los de nuestro tiempo, pues los desplaza de la programación de los conciertos locales. Nunca, hasta donde sabemos, la música de Gubaidúlina se ha escuchado en vivo aquí, donde, sin embargo, no faltan quienes la conocen. A ellos les interesará saber que un nuevo disco suyo acaba de ser lanzado por Naxos. Trae una reunión de sus obras para guitarra, con este título: Complete Guitar Works. Son apenas 4 trabajos –no ha frecuentado mucho la guitarra– pero el tratamiento que le da es notable y renovador. David Tenenbaum, reputado guitarrista que tiene un papel destacado en las 4 obras, ha dicho a propósito de ellas: “Una de las cosas más sorprendentes de trabajar con grandes compositores es que pueden encontrar sonidos completamente nuevos para un instrumento al cual uno le ha dedicado su vida”. Y esos sonidos completamente nuevos –portadores incluso de misterio– son los que Gubaidúlina extrae de la guitarra –y no solo mediante dispositivos creados para el efecto– en las piezas que este CD contiene. Esas piezas son: Serenada (1060) y Toccata (1969), ambas solos de guitarra; Repentance (2008), para 3 guitarras, cello y doble bajo, y Sotto voce (2010, revisada en 2013), para 2 guitarras, viola y doble bajo. En estas dos últimas obras cada instrumento está trabajado para una ejecución virtuosa, a la que los ejecutantes responden en este CD cabalmente.