Minedu propone facilitar títulos universitarios, pero preocupa calidad de la formación profesional
Expertos advierten sobre la calidad educativa y la necesidad de mantener la rigurosidad en los procesos de titulación, mientras se busca un sistema más inclusivo y eficiente en educación superior.
Durante el VI Foro de Universidades del Perú, el ministro de Educación (Minedu), Morgan Quero, anunció una propuesta para ampliar las modalidades de titulación para egresados universitarios. La iniciativa tiene como objetivo principal facilitar que un mayor número de estudiantes puedan obtener su título profesional.
"Titularse no puede ser un privilegio, tiene que ser una posibilidad real para todos los que se han esforzado por culminar una carrera. El reto es colectivo: construir nuevas formas de titulación que reconozcan las trayectorias diversas sin comprometer la calidad educativa”, aseveró el funcionario.
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Actualmente, el país cuenta con más de 1.6 millones de jóvenes matriculados en educación superior, pero muchos enfrentan dificultades para titularse. Esta propuesta podría considerarse como una nueva vía para obtener más profesionales titulados; sin embargo, podría representar un problema en la formación profesional, ya que estos nuevos métodos no contarían con la misma rigurosidad que un Trabajo de Suficiencia Profesional o una Tesis.
La titulación como llave para el mundo laboral
El exministro de Educación Idel Vexler se mostró favorable a la propuesta del Minedu, considerando que ampliar las vías de titulación puede ser una medida positiva para que más egresados logren obtener su título profesional. En sus palabras, "no es posible que un egresado que haga bachiller y maestría valga más que un licenciado", señalando que el título de licenciatura debería tener mayor importancia y reconocimiento.
Vexler enfatizó que la titulación es una de las vías principales para que los jóvenes puedan insertarse en el mundo laboral y comenzar su vida profesional. Asimismo, alertó que el sistema universitario debe enfocarse más en fortalecer la licenciatura, en lugar de privilegiar únicamente los grados de bachiller o maestría. "Hay que darle más importancia a la licenciatura", expresó, y destacó que el incremento del presupuesto a las universidades públicas debe orientarse a mejorar la infraestructura y calidad educativa para que este proceso sea efectivo. Al cierre de esta nota, La República intentó contactarse con el Minedu para poder conocer con exactitud las propuestas del funcionario, sin embargo, no hubo una respuesta inmediata.
El exfuncionario advirtió que la tendencia actual de privilegiar maestrías y doctorados sin fortalecer la licenciatura está debilitando la formación profesional. Por ello, propuso que el Ministerio de Educación dialogue con las universidades públicas y privadas para garantizar que las titulaciones cumplan con los estándares adecuados, respetando la autonomía universitaria.
Gobierno podría revisar los modelos de titulación actuales
Por su parte, el exministro de Educación Daniel Alfaro mostró reservas y llamó a ser cautelosos en la implementación de nuevas modalidades de titulación. Según Alfaro, no existen en la experiencia internacional métodos claramente efectivos para ampliar vías de titulación que garanticen calidad y rigor académico.
"Sería interesante ver cómo se promueven mejor las opciones actuales, por ejemplo, las barreras para hacer la tesis", señaló. Añadió que la dificultad muchas veces está en el acompañamiento y las horas necesarias para que los estudiantes desarrollen trabajos de calidad. Por ello, recomendó identificar las barreras existentes y diseñar estrategias para superarlas antes de abrir nuevas modalidades.
Alfaro también destacó la importancia de que cualquier nueva forma de titulación garantice que los estudiantes adquieren las mismas competencias que en las vías tradicionales. Además, defendió que no hay incompatibilidad entre obtener un título de bachiller y luego realizar una maestría, resaltando que ambos procesos no deberían ser excluyentes.
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Riesgos para la calidad educativa y el rol de Sunedu
Por otro lado, la exministra de Educación, Marilú Mertens, alertó sobre los riesgos que puede conllevar facilitar la titulación sin una supervisión rigurosa por parte de la Sunedu. Señaló que sin criterios técnicos sólidos que garanticen que las nuevas modalidades, como portafolios, prácticas profesionales o experiencia laboral, cumplan con estándares comparables a las vías tradicionales, la calidad educativa podría verse afectada.
Ella enfatizó la necesidad de una implementación uniforme en todo el país para evitar que algunas universidades tomen atajos o reduzcan la exigencia académica, lo que podría perjudicar a los estudiantes y desvirtuar el valor del título profesional. Asimismo, señaló que la Sunedu está facultada para supervisar que se cumplan los requisitos mínimos para otorgar grados y títulos, y que su rol es fundamental para proteger a los estudiantes frente a posibles abusos o desviaciones.
Actualmente, en el Perú aproximadamente el 30.9% de los jóvenes accede a la educación superior. Sin embargo, muchos enfrentan dificultades para titularse debido a las limitadas vías de titulación que contempla la legislación vigente. El ministro Morgan Quero señaló que el problema no radica en la falta de mérito de los estudiantes, sino en un sistema que no reconoce todas las trayectorias posibles para obtener un título profesional.
En este sentido, la ampliación de modalidades podría contribuir a agilizar la obtención de grados, siempre que no se comprometa la calidad educativa ni se reduzca el valor del título universitario. El reto está en equilibrar la necesidad de inclusión y acceso con el rigor académico, para que los profesionales egresados realmente estén preparados para enfrentar los desafíos del mercado laboral y contribuir al desarrollo del país.
Demanda en educación superior
Según datos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), entre 2008 y 2019, el número de estudiantes matriculados en universidades del país pasó de 771,900 a casi 1,509,400, representando un incremento promedio anual del 7.9%. Este aumento refleja una mayor demanda de educación superior, pero también pone en evidencia los desafíos que enfrentan los jóvenes para concluir su formación con un título que los habilite formalmente para ejercer profesionalmente.
