Guillermo Arriaga: la miseria es la violencia más brutal de América Latina
Director de Amores Perros, Babel y 21 gramos participa en cónclave cultural que se clausura hoy en Arequipa. Confiesa su predilección por la caza; sostiene que así reconoce su lugar en el mundo. Mexicano presentó su última novela.
Antes de ser escritor, el guionista, director de cine Guillermo Arriaga se autodefine como un cazador de animales. Cada seis meses, toma su arco y flecha. Se dirige al desierto del norte de México, para buscar animales silvestres y garantizar su ración alimenticia.
En contacto con la naturaleza, descubrió sobre el poder de los seres humanos, sobre la seducción, el sexo, la muerte. En cada jornada, ve depredadores en acción. Un gavilán mata a una paloma, la garza que come un pez, el coyote que destroza una liebre.
Una vez vio un venado macho correteando a la hembra en celo y a ambos persiguiéndolos un coyote. “Cazando empiezas a entender cuál es tú lugar en el mundo. Todos los animales son sagrados. Quitarle la vida es un acto duro. Te hace sentir pertenencia, porque rara vez sabemos de dónde viene nuestra comida de dónde vienen nuestros pantalones, zapatos (…)
Nunca desperdicio ni un centímetro de carne, ni un centímetro de un animal, porque son sagrados”, declara antes de su presentación en el Hay Festival Arequipa 2023. El guionista de célebres películas como Amores perros, Babel, 21 gramos, confiesa que su obra está atravesada por ese rito de la cacería, porque le enseñó “las contradicciones de la condición humana y lo brutal que es la naturaleza”.
Hay crueldad y a la vez belleza, remata. Arriaga hace hincapié que esto no tiene comparación con las jornadas de toros, porque la caza que practica le produce humildad, horror, culpa. “A mí no me interesa matar, me interesa cazar” aclara. Arriaga puede abrir un venado a oscuras. Sabe perfectamente dónde está cada órgano.
Latina sin equidad
El escritor mexicano esgrime que las sociedades latinoamericanas no resuelven el problema de la equidad social y que eso provocó diferencias abismales entre seres humanos de un mismo país, de una misma ciudad, hasta de un mismo barrio. “Eso crea tensiones y puede haber violencia física, sin embargo, la peor de las violencias es la miseria. Cuando la burguesía se queja: ¡Me asaltaron! ¡Me violaron! Sí cabrón, pero y ¿esta gente?”, cuestiona. Arriaga empieza a recordar el manifiesto con que empieza su novela "Salvar el fuego", ganadora del premio Alfaguara 2020.
Recita: “este país se divide en dos, en los que tienen miedo y los que tienen rabia. Ustedes los burgueses son los que tienen miedo. Miedo a que secuestren a sus hijos, miedo a que violen a sus hijas. Nosotros no tenemos miedo. Nuestros hijos nacen secuestrados, nuestras hijas nacen violadas”.
La naturaleza es muy compleja, pero tiene semejanzas con las sociedades latinoamericanas sobre ese juego de víctimas y victimarios. “En México la lucha de clases se ha llevado al extremo. En una de mis novelas digo: ¿quién iba a creer que los narcos iban a convertirse en la lucha del proletariado? Casi siempre los narcos son víctimas de un sistema que no les dio oportunidad. Aunque claro es mucho más complejo”, refiere Arriaga.
Obsesiones y Dios
Sus tres películas favoritas pertenecen al director Francis Ford Coppola: El Padrino I, El Padrino II y Apocalypse Now. Una vez el afamado actor Tome Lee Jones le llamó para decirle que escribiera lo que quisiera y que él lo dirigiría. De esa colaboración nació el premiado filme Los tres entierros de Melquiades Estrada.
Sus libros favoritos son El sonido y la furia de William Faulkner, La casa verde de Mario Vargas Llosa, Macbeth y Hamlet de Shakespeare, Trilogía sucia de la Habana de Pedro Juan Gutiérrez. Arriaga es ateo.“No creo en ningún destino divino que le imponga a una persona encontrarse con otra. Es una concatenación de circunstancias. Nosotros nos estamos conociendo. No sabemos si al salir, a alguien de ustedes lo atropelle un auto”, explica así como en sus afamados guiones, por decir Babel, una persona de un continente distinto puede involucrarse con otra gracias a una situación extrema.
La última novela de Arriaga muestra otra de sus predilecciones, la ciencia. “Extrañas” está ambientada en el siglo XVIII y cuenta el cambio que vivió la medicina por obra del personaje William Burton. El literato sostiene que hay una cosa artística en la ciencia y en la medicina y que hubo científicos que más parecían poetas, aventureros, locos.
Refiere que hay un médico escocés que se robaba cadáveres. Una vez se inyectó gonorrea de una prostituta, solo para saber qué le pasaría. A Arriaga se le consulta qué prefiere, ¿el cine o la literatura? Contesta que está agradecido de poder ejercer la dos.