Otuzco: extracción ilegal de carbón contamina Huaranchal
Denuncias. Propietarios de concesión minera han solicitado que Fiscalía y Policía intervengan campamentos en cerro El Shingo.
La minería ilegal sigue contaminando las zonas agrícolas en el distrito de Huaranchal, en la provincia de Otuzco. En el caserío de El Jacinto hay más de treinta mineros ilegales, quienes extraen y comercializan cientos de toneladas de carbón de piedra de tipo antracita de manera indiscriminada sin contar con Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) y menos con autorización del titular de la concesión minera.
"Cada uno de estos mineros artesanales trabaja en labores distintas, bocaminas y socavones diferentes; todos utilizan herramientas contundentes, equipos y maquinaria sofisticadas, madera, explosivos, arrojan escombros y residuos peligrosos; lo que genera pasivos ambientales y la posibilidad de accidentes laborales, toda vez que trabajan en alto grado de peligro y riesgo, sin considerar elementos y métodos prevencionistas de seguridad minera", señalaron pobladores del Alto Chicama.
Refieren que son más de 15 volquetes repletos de carbón que salen todos los días de las labores (bocaminas) ilegales. Las pérdidas en impuestos sobrepasan los S/2 millones. En tanto, en el sector agrícola, la cifra sobrepasa S/1 millón a causa de la contaminación del agua y el terreno.
El empresario minero Jesús Lázaro Huilla, gerente de Corporación Minera El Jacinto & Asociados SAC, empresa titular de la concesión, ha presentado las denuncias ante la Fiscalía Provincial Transitoria Especializada en Materia Ambiental y ante la Dirección de Medio Ambiente de la PNP (División contra la Minería Ilegal y Protección Ambiental).
Asimismo, esperan que vayan a la zona referida e intervengan los campamentos dedicados a la minería ilegal ubicados en el cerro El Shingo.
Trabajadores del carbón son explotados
Otro de los problemas que se encuentran en esta zona es que hay trabajadores explotados por la minería ilegal, toda vez que, de acuerdo a su verificación, aproximadamente un 80% está explotado y trabajan bajo ningún criterio técnico o seguridad.
De esta cantidad, el 20% son familias de bajos recursos económicos.