Justicia ronderil en Puno: ¿está funcionando la labor de las rondas campesinas?
El asesinato de una mujer y el castigo de policías luego de pedir una coima fueron casos resueltos por ronderos de Puno. En esta nota, un exjuez y un catedrático explican las implicancias de esta forma de justicia.
La justicia ronderil se desarrolla en la zona norte de la región del altiplano. En provincias de Puno como Carabaya y Melgar, las rondas campesinas son grandes instituciones amparadas por la ley.
Por lo anterior, el asesinato de una mujer y el castigo de policías luego de recibir una coima fueron casos resueltos por ronderos de Puno. En esta nota, un exjuez y un catedrático explican las implicancias de esta forma de justicia.
En primer lugar, el exjuez Julio Chucuya sostiene que las rondas campesinas tienen amparo legal y que, al asumir un conflicto, lo hacen como institución.
“La justicia ronderil en Puno sí funciona. Es más célere e inmediata y es resocializadora. No es vengativa, es resocializadora porque, dentro de sus sanciones, no tiene que privar de su libertad a una persona. Lo que hace es reinsertar a los ciudadanos nuevamente a la sociedad. El hecho de que, por ejemplo, los disciplinen físicamente o que tenga que trabajar junto con los ronderos en la noche o vigilar son aspectos que ayudan a mejorar al ser humano”, asegura el magistrado.
Casos
Policías castigados luego de pedir una coima
Se trata de cuatro policías que fueron sometidos a juicio y castigados por ronderos luego de ser capturados por “arrebatar” 2.700 soles a mineros. Los hechos ocurrieron en el distrito de Ituata, provincia de Carabaya, región Puno.
Se reportó que los ronderos ordenaron a los policías a hacer ejercicios físicos en un campo deportivo. Los efectivos llevaron carteles sobre el pecho que contenían frases alusivas a la falta, tales como “Robé al pueblo de Ituata” o “Discúlpenme, soy asaltante”.
Rondas campesinas castigan a policías que pidieron coimas en Puno. Foto: composición LR/Archivo GLR
Hombre participó en el asesinato de su esposa y fingió su búsqueda
Richard García Chislla contó públicamente por qué estuvo detrás del crimen de su esposa R. M. C. (33). Tuvieron que pasar nueve días para se descubriera la verdad en el distrito de Macusani, provincia de Carabaya, región Puno. Tras caer en contradicciones, aceptó que era uno de los responsables del crimen. Agustina Sucapuca Mamani, presunta amante de García, también fue aprehendida. De hecho, García Chislla confesó ante todos que participó del crimen de su esposa porque quería empezar una nueva relación con Sucapuca.
Castigado por estar implicado en el asesinato de su pareja. Foto: composición LR/Archivo GLR
Sobre este último caso en Carabaya, Julio Chucuya afirma que castigaron al asesino sometiéndolo a cadena ronderil y que, en seguida, se planteó un habeas corpus en favor del implicado en asesinato, pero fue rechazado por el Poder Judicial, dándole la razón a las rondas campesinas en su función jurisdiccional.
Por otro lado, el catedrático de UNA Puno, Vicente Alanoca, señala que el sistema de justicia ronderil funciona con todas sus limitaciones y que tiene una particularidad propia. Piensa que hay falencias en el desconocimiento de los derechos fundamentales, pero el Estado y sus instituciones incurren en ello de manera más grave, ya que, actualmente, no responden ante la muerte de tantos ciudadanos en protestas.
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Comentó también sobre el trabajo que realizan ronderos en Puno. Refiere que, cuando ocurre algún conflicto, los integrantes de las rondas involucran a los jueces, alcaldes y hasta a la Policía. Estas autoridades escuchan las demandas de la gente y se resuelve el problema. Además, indica que lo anterior no tiene costo, que nadie puede dudar de que sea un proceso corrupto y que, además, se garantiza que no se cometan excesos.
Dato
- Justicia popular: está relacionada con la gente común y corriente. En ella, no es una institución la que resuelve el conflicto; por eso, no está permitida por la ley y se convierte en un delito.
- Justicia comunitaria o ronderil: sí está amparada por la ley.
