Sociedad

Estudiante de Derecho denunció abuso sexual, pero no recibe apoyo de Fiscalía ni CEM

Percy Carlos Chávez Jáuregui, supuesto atacante, es investigado en libertad. Cámaras de restaurante registran que universitaria tenía dificultades para caminar, pero extrañamente dosaje etílico arrojó negativo.

Foto: composición Fabrizio Oviedo/Cámaras de seguridad y Ficha Reniec
Foto: composición Fabrizio Oviedo/Cámaras de seguridad y Ficha Reniec

La estudiante de Derecho C. M. C. (26) denuncia que recibe nulo apoyo de la Fiscalía y el CEM del Ministerio de la Mujer en su acusación por presunto abuso sexual contra un comerciante ayacuchano de 46 años que la contactó por Marketplace de Facebook para concretar la venta de 25 motos y un auto.

Ella trabajaba en una concesionaria. El 22 de agosto, Percy Carlos Chávez Jáuregui le pidió que, dado que se trataba de una fuerte inversión y quería incursionar en ese rubro, necesitaban reunirse. Así que se vieron en un restaurante de Barranco, en Lima.

“Acepté brindar con pisco sour, pero cada vez que iba al baño y volvía, mi vaso estaba lleno”, cuenta la estudiante.

Cuando decide retirarse, con dificultades para caminar, según registran las cámaras del local, pierde conciencia de sus actos. “Me desperté en un hotel, con un moretón en la frente y el sujeto dormido a mi costado”, detalla.

Asustada, pidió a un amigo que la recogiera con la ubicación GPS de su celular. Al sentirse segura, le sugieren que le escriba al hombre por WhatsApp y le pregunte a detalle.

“Me tragué mi amargura y le hablé. Ahí confesó que habíamos tenido relaciones y me recomendó tomar la píldora del día siguiente. Le increpé porque yo no podía dar mi consentimiento en ese estado y me pidió disculpas al decir que no se pudo aguantar al verme desnuda”, añade.

Hizo la denuncia policial. Chávez Jáuregui fue detenido, pero luego quedó en libertad. “El CEM me dio una abogada que se retiró del caso por una licencia. La fiscal no pidió prisión. Me dijo que la Policía le había dado un examen toxicológico que arroja cero gramos de alcohol y drogas cuando en las cámaras se ve todo e, incluso, la boleta detalla el consumo. Yo dudo de esa prueba”, refiere.

“No hay apoyo real para las víctimas, se burlan de nosotras. En la comisaría, los mismos policías son todos hombres y te juzgan. Siento que ese hombre debería estar en la cárcel. Me muero de miedo, pero estoy de pie. Ahora me ayuda la ONG Somos Amalia”, concluye.

La República intentó ubicar al denunciado, pero cambió de número de celular. Nos comunicamos con su abogado, Pablo Mendoza, a quien le pedimos una entrevista. Señaló que las afirmaciones de la joven son falsas y que prefiere llevar el caso en la vía legal. No obstante, prometió consultar con su cliente si quería dar su versión, pero, hasta el cierre de este informe, no recibimos comunicación.

Canales de ayuda

Si usted ha sido o conoce a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, puede comunicarse de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.

Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).