Adiós a Héctor Perona, el periodista que escribía con el alma
Gran cronista policial, acucioso, sagaz, investigador que luchó siempre contra las injusticias, murió a los 76 años víctima de una enfermedad.
Irremediablemente, la muerte nos llega a todos, tarde o temprano, pero hay muertes que son arteras, que te dejan aturdido, sin respuesta, sin reacción. Y esa es la muerte de Héctor Leónidas Perona Quispe, periodista de la sección Policiales/Judiciales, de La Prensa, El Observador, Expreso, El Diario de Marka y La Tribuna.
Un compañero con todas las letras, que nos dejó con 76 años muy bien vividos, aunque todavía con mucho por delante, pese a la enfermedad que parecía haber vencido.
Cuando lo conocí, allá por el 87′, Héctor era un ‘todoterreno’ del periodismo. No fue un periodista de escritorio. Ejercía la profesión las 24 horas. Aún fuera de su horario.
Nos cuentan que desde que recaló en Policiales, enseguida se hizo querer. “Un maestro, un buen tipo”. Así lo recuerdan todos. Más tarde se convertiría en todo un personaje en una de las novelas de Jaime Bayly.
Perona era un sabueso y tenía un olfato de felino para detectar la ‘pepa’. “No solo hay que leer el parte policial, tienes que cruzar información, cotejar los datos, correr la cancha”, nos aconsejaba.
Sus notas marcaban diferencia, narrando detalles. El asma que padecía (siempre andaba con su inhalador) no fue impedimento para llegar a los más recónditos lugares e investigar sus temas.
“¡Señores, paren de escribir, llegó la portada!”, exclamaba cuando llegaba a la redacción.
Hoy se encuentra junto, nuevamente, a Juan Marcoz Martínez y a Hipólitpo Gonzales Güise, a quienes llamaban ‘Los Tres Reyes Magos’. Eran muy amigos, siempre andaban juntos e incluso el 15 de julio del 2004 constituyeron la Asociación de Periodistas Policiales del Perú.
Héctor Perona fue Primer Vicedecano del Colegio de Periodistas de Lima (2013-2015). Trabajó en diarios, revistas y en prensa del Instituto Nacional de Estadísticas.
Fue director de comunicaciones del Consejo Directivo Nacional del Colegio de Periodistas del Perú (2011-2013). Egresó de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza como licenciado y con título de periodista profesional.
Hombre católico, de mucha fe. Tenía códigos. Era amiguero, se preocupaba por el prójimo. Siempre con las gafas oscuras, la pasión y el compromiso. No escribía las notas para ‘zafar’, ponía todo de sí, haciendo llamadas, consultando a fuentes, una y otra vez. Era generoso con los colegas de los otros medios.
De estilo de vida bohemio en sus buenos tiempos, ‘Simón’, como lo llamaban algunos de cariño, era un militante contra el abuso policial. Esos temas eran los que más le atraían, luchaba contra las injusticias.
Más de una vez le comenté, como redactor policial, lo bueno que sería que hubiesen más Perona, Marcoz, Gonzales, en el periodismo policial, por su autoexigencia, porque proponía, porque no se conformaba, a pesar de que la nuestra no es una profesión para enriquecerse.
Era feliz con su amada Carmela Siu Llaguno y su familia. Nunca podremos explicar por qué se tuvo que ir así, de repente. El vacío que deja no tiene fondo. Hasta siempre, maestro Héctor. Te vamos a extrañar... todos los que tuvimos la fortuna de conocerte.