Las carencias antes de la vuelta a clases en Arequipa

Es temporada de lluvia y el sol se asoma por momentos en el sector 3 de Apipa (Cerro Colorado), un asentamiento periférico de Arequipa. Cuando el astro se impone, se refleja en la abundante tierra y los ojos sufren. Es jueves 24 de febrero. En medio de un arenal, el director y padres de familia del colegio Apipa III – Paulo Freire, acuerdan las faenas previas al retorno a clases presenciales tras dos años de virtualidad. El tiempo apremia, pues una contratista sigue instalando las aulas prefabricadas para la secundaria y los precarios salones de la primaria todavía deben acondicionarse a los protocolos contra la Covid-19.

El colegio tiene 90 estudiantes en primaria y 116 en secundaria. Es el único de nivel secundario en Apipa, asentamiento del Cono Norte con cerca de veinte mil residentes. Como el centro educativo, hay 114 instituciones de la región Arequipa con problemas de infraestructura antes del retorno presencial.

Esta escuela resume algunas carencias que aún afectan la educación pública. Sin un edificio propio, la primaria funciona en el local social, en aulas de bloquetas, con techos de calamina recubiertos de plástico. No es el único huésped del centro comunal, allí también se alberga una cuna jardín para 75 niños y un comedor popular. El local social no tiene más de 300 metros cuadrados.

Adecuándose

Las aulas de primaria del Apipa III se acondicionan como pueden a los protocolos contra la Covid-19. Los padres picaron las paredes para abrir ventanas de ventilación. Antes de la pandemia, cada salón albergaba de 14 a 18 alumnos. El director de la institución Sandro Chalco, señala que para el distanciamiento ahora solo entraría la mitad. La opción es trabajar con grupos interdiarios.

El especialista de Infraestructura de la Ugel Norte José Velasco, no está muy convencido de la idoneidad de estas aulas. Sugiere que la primaria comparta los módulos prefabricados de secundaria, con turnos de mañana y tarde. Dichas estructuras siguen armándose en un descampado a 250 metros del local social. Ya estaban en pie para funcionar el 2020, pero llegó la pandemia. Luego fueron removidas para dar paso a la construcción del nuevo jardín inicial del sector (ejecutado por la Municipalidad de Cerro Colorado).

Los padres de familia responsabilizan a la comuna cerreña por no apurar a la constructora en el traslado y armado de los prefabricados. Sin dichos ambientes, tres aulas de primaria no pueden intervenirse pues aún almacenan mobiliario de la secundaria. Los obreros apuran el paso, aunque parece complicado que acaben antes del 28 de marzo, fecha límite prevista por el Ministerio de Educación (Minedu) para el inicio de clases.

El agua potable en la zona se obtiene de piletas y pozos. El local de primaria tiene una conexión y se instalaron lavatorios, los baños todavía están en rehabilitación. En el caso de la secundaria, hay un pozo cercano y una batería de baños a medio construir. Sobre los implementos como jabón y alcohol, el director Chalco señala que se cubrirán con la partida del Minedu.

Según el Plan Regional de Saneamiento al 2020, la cobertura de agua potable por red pública en colegios de la zona urbana de la región Arequipa llegaba al 76 %, mientras que en el área rural al 52 %.

A pesar de las carencias, los padres no quieren seguir en la virtualidad, pues el aprendizaje fue insatisfactorio. Según el director, las metas se cubrieron en un 60 % a 70 %. La economía fue otro obstáculo. Idalia Quico (40), refiere que sus 3 hijos compartieron un celular para las clases a distancia.

Falta vacunar

Otro factor para la vuelta a clases es la vacunación contra la Covid-19. En los menores de 5 a 11 años no avanza al ritmo esperado. Según el repositorio del Ministerio de Salud (Minsa) en la región Arequipa la cobertura es de 33%. La semana pasada el secretario del Sutep Hammer Villena ya expresó su preocupación por la baja tasa. El gerente regional de Educación Santos Benavente estima que las cifras mejorarán conforme se acerque el inicio de clases.

Pero todavía no se disipan los temores de vacunar a los más pequeños entre algunos padres. Tres progenitores del Apipa III refirieron que tenían sus dosis completas al igual que sus hijos mayores de 12 años, pero aún dudan en inyectar a los niños. Verónica Mendoza (33) señala que tuvo reacciones adversas a la dosis de refuerzo y teme que ocurra lo mismo a su hija de 8 años, aunque no descarta inmunizarla. “Lo estoy pensando”, dice.

En el caso de los profesores, Santo Benavente estima que un 97% está inmunizado.

Más colegios en malas condiciones

El especialista de Infraestructura de la Ugel Norte, José Velasco refiere que las condiciones del Apipa III se replican en otras instituciones del Cono Norte, donde existen por lo menos 81 colegios con carencias, pero funcionan por la necesidad. En la zona de Bustamante y Rivero, el colegio sigue en construcción y planifican levantar aulas prefabricadas en el complejo deportivo.

Velasco sostiene que estos colegios necesitan estudios de preinversión para acceder a infraestructura. Sin embargo, algunos no podrán viabilizarse pues están en terrenos sin saneamiento físico legal, como Apipa. No obstante, el colegio Apipa III-Paulo Freire ya tiene un expediente técnico con observaciones por levantar.