Sociedad

Arequipa gasta más de lo que recauda en impuestos

Análisis. Estudio universitario revela que presupuesto para obras y gastos de planillas creció desde 2015 a costa de endeudamiento público. Se gasta más de lo que genera.

Hasta setiembre del 2021, Arequipa captó 4,570 millones. Una cifra auspiciosa, pero que no cubre el gasto que demanda la operatividad. Foto: La República
Hasta setiembre del 2021, Arequipa captó 4,570 millones. Una cifra auspiciosa, pero que no cubre el gasto que demanda la operatividad. Foto: La República

Elizabeth Huanca Urrutia

El gasto público en Arequipa creció sostenidamente en los últimos cinco años. En 2015, el presupuesto para la región fue de S/ 5,136 millones. En el 2020 este llegó a S/ 7,926 millones. El incremento es de 34%. Gran parte del monto financia el pago de planillas de servidores del Estado. Otra partida, se destina a obras.

Gasto vs recaudación

El gasto público representa la inversión del Estado para satisfacer las necesidades de la sociedad. Se financia con recursos económicos que el gobierno capta esencialmente de la recaudación de tributos.

En Arequipa, la recaudación creció entre 2015 y 2018. En el último año, se recaudó S/ 4,610 millones. No obstante, entre el 2019 y 2020, esta cayó. La pandemia fue una de las razones. El año pasado la región reportó ingresos tributarios de S/ 3,166 millones, empero este año se advierte una recuperación de 43%. Hasta setiembre del 2021, se captó 4,570 millones. Una cifra auspiciosa pero que no cubre el gasto que demanda la operatividad del gobierno regional, municipios provinciales y distritales e instituciones públicas en Arequipa (ver infografía) .

Para evitar desfases presupuestarios (sobreendedudamiento) en el Estado, el gasto público debería ir de la mano con la recaudación. Ello no ocurre en Arequipa y se repite en todo el país. Por ejemplo, en el 2020, los ingresos tributarios generados en la región, apenas cubrieron el 39.95% del gasto estatal, como consecuencia de la emergencia sanitaria. El panorama fue similar en otras regiones, lo que provocó que el endeudamiento del Estado creciera en 8 puntos porcentuales.

El docente de la Escuela Profesional de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica Santa María (UCSM), Jorge Sosa junto a un grupo de estudiantes del décimo semestre de la especialidad en mención, realizaron un análisis macroeconómico sobre ambos indicadores. Los resultados, obligan a las autoridades a poner las barbas en remojo.

En primer lugar se observa que el gasto público crece, pero los servicios de la ciudad no mejoran. Una de las razones persistentes es el déficit en el avance presupuestal, sobre todo en el gasto de capital (obras). Durante la gestión de Yamila Osorio (2015-2018), se asignó un presupuesto para obras de S/ 3,127 millones, de los cuales solo se ejecutó el 62.5% de la millonaria partida (ver infografía).

El gobierno de Elmer Cáceres Llica muestra indicadores aun peores. La actual gestión ha recibido hasta octubre de este año S/ 2, 417 millones para gasto de capital. En sus dos primeros años gastó el 57.4%. En lo que va del 2021, la cifra es de solo 48%. “Nunca antes como en los últimos años, se ha tenido tanto dinero, pero los servicios públicos no mejoran. No solo hay que ver cuanto se gasta, sino cómo y en qué”, refiere Sosa.

En lo que sí, gasta de forma adecuada el gobierno regional y en general todos los estamentos del Estado es en el gasto corriente. Entre el 2015 y 2020, se destinaron S/ 10, 307 millones. Se gastó el 92%. “Nos estamos endeudando para financiar gasto corriente, es decir más burocracia, que ni siquiera se traduce en eficiencia en la gestión pública”, lamenta Sosa. Ello es un riesgo para el país.

Gasto corriente y gasto de capital en municipios

El presupuesto asignado para la ejecución de obras los municipios distritales y provincial de la región Arequipa fue auspicioso entre el 2015 y 2021.

La investigación hecha por los estudiantes de la UCSM revela que este llegó a S/ 9, 268 millones, sin embargo, solo se ejecutó S/ 4,741, es decir poco más del 50%. Las cifras con menos eficiencia se observan entre el 2020 y lo que va del 2021 con 46.81% y 43.32%, respectivamente. Ello refuerza que hay dinero, pero mala gestión de los recursos, recuerda Sosa.

Con estos indicadores Sosa hace una comparación. “Es como un padre que ha perdido el trabajo, pero se endeuda para que su hijo pueda estudiar, pero el hijo no va a la universidad o no aprueba los cursos. Es un endeudamiento e inversión en vano”.

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