Ni “homosexualiza” ni destruye la familia: mitos y verdades sobre el enfoque de género
A lo largo de la campaña electoral, los partidos políticos se mostraron a favor o en contra de este enfoque. Aquí algunos de los mitos más escuchados durante esta contienda.
A lo largo de la campaña para las Elecciones 2021, el enfoque de género ha sido mencionado por los diferentes partidos políticos, ya sea porque tienen una postura a favor o en contra de este.
Pero, ¿qué es el enfoque de género? “Es una herramienta de análisis para examinar la realidad y las relaciones sociales, teniendo en cuenta los roles que desempeñan los hombres y las mujeres, sus múltiples identidades, las oportunidades de acceso y control a los recursos y el grado de poder que ejercen en la sociedad”, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), la entidad encargada de transversalizar esta perspectiva en las políticas públicas peruanas.
Es decir, el enfoque de género permite que se tenga en cuenta que existen estereotipos de género que van a afectar la forma en que las personas experimentan y perciben al mundo, y eso hace que se puedan pensar en políticas de Estado desde esa perspectiva.
La candidata Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), Julio Guzmán (Partido Morado) y George Forsyth (Victoria Nacional) son los únicos que tienen una postura a favor de la aplicación de este enfoque. En tanto, candidatos como Rafael López Aliaga (Renovación Popular), Keiko Fujimori (Fuerza Popular), Hernando de Soto (Avanza País), Yohny Lescano (Acción Popular) y Pedro Castillo (Perú Libre) están en contra de implementar esta herramienta que busca cerrar las brechas que aún persisten entre hombres y mujeres para generar una sociedad más igualitaria.
Ante algunas declaraciones engañosas o falsas en torno al tema, Alexandra Hernández Muro, psicóloga especialista en género, señala a este diario que mitos como estos son un juego de desinformación. “Pensando en las elecciones, se utiliza este enfoque y a la población LGTBI como un mecanismo político para atacar candidaturas y propuestas, y lograr más votantes, pues estamos en un país bastante conservador y esas ideas calan muy rápidamente”, lamenta.
Por ello, la especialista desmonta cuatro de los principales mitos creados en torno al enfoque de género.
“El enfoque de género promueve las relaciones sexuales a temprana edad”
Uno de los más grandes mitos sobre el enfoque de género gira en torno a las relaciones sexuales. Algunas campañas de colectivos antiderechos suelen señalar que esta herramienta de análisis enseña a niños y niñas a practicar sexo anal, o los incentiva a participar de orgías, lo cual es falso.
Recalca que esta falsa afirmación es un mito porque no se está enseñando a las y los menores de edad a tener encuentros sexuales, sino que se les hablar con naturalidad del sexo según la edad. “En tanto, en el caso de adolescentes, quienes sabemos por estadísticas nacionales e internacionales que hay una edad en la cual eventualmente empiezan a tener relaciones sexuales, se les enseña sobre el consentimiento para prevenir la violencia sexual”, enfatiza.
“Una de las principales funciones de la educación sexual con perspectiva de género es prevenir el abuso, porque les enseña a los niños y a las niñas a cuidar su cuerpo, a ingresar a cualquier actividad sexual sabiendo para que nadie los agarre de sorpresa”, declaró la educadora sexual Alesia Lund en una entrevista pasada.
La idea de que no se debería hablar de sexualidad en general porque proviene de una visión fundamentalista “en la cual el sexo es algo malo que no deberíamos tener y que solo es con fines reproductivos”, asevera Hernández, un concepto que tiene un sustento más religioso que desde las ciencias.
educación sexual
El enfoque de género “homosexualizará” a niños y niñas
Este es otro falso mito que se basa en la LGTBfobia. “El enfoque de género incluye reconocer que existen diferentes orientaciones sexuales, y a no patologizarlas ni discriminarlas. Esto no implica que se homosexualice a las personas, sino que se les enseña a no discriminar”, acota la psicóloga.
Ella señala que enseñar a no discriminar a las personas asusta a los sectores fundamentalistas porque probablemente más estudiantes se sientan con libertad de hablar sobre su orientación sexual con mayor tranquilidad sin sufrir violencia ni odio a sí mismos, lo que genera mayor visibilidad, lo cual es positivo pero no a los ojos de los sectores más conservadores.
“La homosexualidad y las orientaciones sexuales no se pueden enseñar porque cada persona va construyéndose, es una mezcla de cuestiones biológicas, sociales y culturales —detalla—. Lo único que podemos hacer es prevenir la discriminación y que las personas LGTBI no vayan a crecer sufriendo”.
Repercutir este tipo de mitos solo conlleva a perpetuar la discriminación hacia las personas LGTBI, condenándolas a sufrir de violencia por su identidad u orientación sexual.
“El enfoque de género destruye las familias”
Este mito está estrechamente ligado al explicado anteriormente. “Esta idea viene justamente porque el enfoque de género tiene una perspectiva afirmativa hacia las orientaciones sexuales distintas a las heterosexuales: admite la existencia de otras familias, lo cual es positivo porque ya existen, pero no tienen reconocimiento ni derechos”, explica Alexandra Hernández.
La psicóloga manifiesta que en el imaginario de las personas que están en contra del enfoque de género, el reconocer y afirmar los derechos de estas familias, automáticamente se borrará o se pondrá en peligro que las personas decidan tener una familia típica convencional heterosexual, lo cual es falso.
“Tienen miedo que se derribe ese closet, y lo enmascaran en que ‘están fomentando (la homosexualidad)’ pero no es un fomento, es simplemente proveer de visibilidad a algo que ya existe”, determina.
Resalta que la existencia de las personas LGTBI no anula la existencia de las personas heterosexuales, sino que mas bien existe el miedo de perder esa predominancia, esa forma hegemónica de ser, que es esta idea de que “hay una mayoría heterosexual”.
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“El enfoque de género es una ideología”
Hernández Muro explica que esta afirmación es una de las mayores mentiras. “El enfoque como tal tiene que generar una evidencia para poder ser aplicado, sino no podría existir un análisis de género ni una evidencia que lo respaldara”, apunta.
“La idea de que los hombres y las mujeres tienen cerebros distintos, por lo tanto eso explicaría todas las diferencias en las conductas distintas, es completamente falso”, detalla. Diferentes estudios de género han mostrado que estas diferencias entre ambos sexos se perpetúan a través del aprendizaje, la cultura, de la construcción social bajo la cual crezca la persona. Es ahí donde se activan los estereotipos.
En la misma línea sucede con las personas LGTBI. La experta señala que es falso que existan solo cromosomas de hombres y mujeres porque hay una amplia gama de variantes que se llama intersexualidad. “La sexualidad se muestra en espectros, no en categorías binarias, eso es algo cultural. Si nos vamos a las ciencias, lo que hace el enfoque de género es justamente rescatar esa diversidad y aceptarla, celebrarla, y permitir existir sin violencia”, enfatiza.
¿Por qué debe implementarse el enfoque de género?
Una de las razones más urgentes para aplicar el enfoque de género en las políticas públicas es la prevención de la violencia y discriminación. “Aplicar el enfoque de género favorece a la interiorización de los preceptos de respeto y empatía en niñas y niños, contribuye también a formar seres humanos respetuosos de las diferencias, de las minorías y de las poblaciones”, señala el Observatorio Nacional de la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar.
Según dicho observatorio, la aplicación del enfoque de género enseña a la ciudadanía cinco temas principales:
- A no ceder ante la presión social para demostrar que somos “más” hombres o “más” mujeres.
- A construir relaciones positivas.
- A reaccionar ante situaciones de violencia y actuar ante ellas.
- A ser mejores hombres y mujeres.
- A reconocer el amor como un acto libre y no como dominio y sumisión.
Si aplicar el enfoque de género previene la discriminación y todo tipo de violencia, ¿por qué alguien se negaría a hacerle la vida más fácil a las personas que justamente la viven día a día?