Rescatan a más de 40 golondrinas de la tempestad del collar en Arequipa
Golondrinas fueron liberadas en el Santuario Nacional de Lagunas de Mejía. Serfor informó que aves fueron encontradas por pobladores. Piden apoyo para continuar con rescates.
Durante la primera quincena de julio, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) informó que se halló a 41 golondrinas de la tempestad del collar en Arequipa. Las aves fueron rescatadas por pobladores en jardines, parques, techos y otros lugares abiertos.
El Serfor atiende y rehabilita si es necesario a estas aves y, con el apoyo de la Sociedad Minera Cerro Verde, las trasladan al Santuario Nacional de Lagunas de Mejía, donde son liberadas por el personal del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP).
La entidad recomienda a la población estar atentos a las características específicas del ave porque por su plumaje y tamaño pueden ser confundidas con otras aves, como palomas, tórtolas y cuculíes. Se caracterizan principalmente por tener un orificio nasal en forma de tubo y patas palmeadas.
Su manipulación debe ser con mucho cuidado y con la ayuda de guantes o un paño. Se deberá adaptar una caja de cartón con huecos de ventilación y una franela o toallita de base. Es importante no darles de comer porque tienen una alimentación especial.
Serfor exhortó a la población que, si se encuentran una de estas aves, pueden llevarlas a su oficina ubicada en la Cooperativa Universitaria D12, Cercado. También pueden llamar a los teléfonos 958 010 065, 943 645 810 y al 950 950 341 y un centro autorizado de acopio ubicado en la Urb. Valencia E-18, Yanahuara (Clínica Veterinaria San Luis).
DATO
La golondrina de la tempestad del collar es un ave que se distribuye a lo largo de la zona costera y el mar en el ámbito de la corriente marina de Humboldt o de agua fría. Pese a que no se conoce con certeza cuáles son sus lugares de anidamiento, los especialistas creen que podría estar en la sierra peruana. La contaminación lumínica de las urbes provocaría su desorientación camino al mar tras dejar los nidos, lo que explicaría las caídas de estas aves en las ciudades.