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Sociedad

Preguntas en medio de la pandemia

“En ese escenario, la tendencia es a la reformulación de las políticas sociales y la ampliación de la cobertura de los programas existentes”.

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1.- Empequeñecidos y vulnerables por la fuerza destructiva de la pandemia del coronavirus, surgen las primeras preguntas prospectivas, como: ¿hasta cuándo durará la cuarentena? ¿A qué costo aplanaremos la curva de casos y muertes? ¿Cómo proteger a los más vulnerables? Y ¿cuánto más de Estado y de actividad privada responsable necesitamos ahora mismo para impedir una mayor afectación?

2.- Cuarentena larga. Es un consenso que la severidad del aislamiento es un punto a favor en medio de la debilidad de nuestro sistema sanitario. Por lo mismo, si se mantiene la relación entre el incremento de casos y la baja cantidad de muestras, el aislamiento se extenderá más allá del 30 de marzo. El efecto en las grandes ciudades será severo e incidirá en la pérdida de una parte del capital social.

3.- MEF y MIDIS. En un escenario de varias semanas de paralización de la economía, el Perú crecerá solo alrededor de 1% hacia abajo. Inclusive si las cuentas al final del año tienen indicadores en azul, la pérdida de bienestar será alta. La pobreza podría subir varios puntos en un escenario moderado o negativo. El Perú puede retroceder por lo menos 5 años en desarrollo humano. Ante ello, es un alivio saber que el MEF, MIDIS y MTPE están dispuestos a avanzar sin ataduras ideológicas.

4.- Se asoma una nueva generación de políticas sociales. El impacto social y económico depende de cuánto se alargue la emergencia y será medida en dos fases aún indeterminadas, la cuarentena nacional, y la mitigación y recuperación. La segunda puede ser más enmarañada que la primera; si se alarga la cuarentena será necesario asistir a cerca de 20 millones de personas, los pobres conocidos más los no pobres vulnerables que caen en la pobreza. En ese escenario, la tendencia es a la reformulación de las políticas sociales y la ampliación de la cobertura de los programas existentes.

5.- La informalidad le pasará una alta factura al país; este sector, donde se encuentra gran parte del 40% de no pobres vulnerables de acuerdo al reciente Informe del IDH del PNUD, es resistente a las medidas porque su temor al coronavirus se agrega al miedo de perder el ingreso. Lamentablemente, incluso luego de esta etapa, el sistema carece de voluntad e instrumentos para elevar la formalización, de modo que el país ingresará a un escenario de medidas de compensación rápida, como el empleo temporal, la provisión de bonos a los más pobres y políticas que incentiven el gasto directo. En este punto recomiendo ver los datos que difunde Hugo Ñopo sobre cómo se compone el ingreso de los peruanos, para ratificarnos de que en esta etapa aumentará la brecha de ingresos.

6.- Todas las agendas se han diluido. La cuestión social y la resiliencia son lo fundamental. Las agendas previstas se han licuado; la cuestión social se expresa en demandas de más Estado, seguridad y protección social. La agenda social sitúa la política un plano social. Las instituciones, como gestión y reforma, dejan de ser el “problema”. Ello modifica la agenda pública y los códigos de la sociedad (la convivencia), la política (la competencia) y el Estado (la gestión pública). En este contexto, los cambios políticos pierden centralidad e ingresan a la escena con más poder las FFAA, las grandes empresas y los municipios.

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