Sociedad

La violencia no es solo el crimen

“La gravedad y abundancia de los crímenes contra las mujeres en el Perú puede ser una fase que nunca acabe si evadimos la violencia en la que viven niños y adolescentes.”

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Gonzalo Vargas protagoniza dos películas recién estrenadas: en la primera es un sicario adolescente en Trujillo y, en la segunda, un ayudante de un mercado de Chimbote que también callejea ofreciendo prendas robadas. Desde 1988, cuando el filme Juliana abordó el maltrato y abandono infantil y los menores infractores, el cine nuevamente señala la cuestión.

La gravedad y abundancia de los crímenes contra las mujeres en el Perú puede ser una fase que nunca acabe si evadimos la violencia en la que viven niños y adolescentes. Las cifras oficiales de acoso escolar aumentan cada año, al igual que la violencia en casa y en el barrio, así como la indiferencia o maltrato del Estado hacia ese sector de la población.

Una investigación del antropólogo Pedro Jacinto Pazo, titulada ‘Entre la violencia familiar y la violencia escolar’, documenta que en la mitad de los hogares de escolares encuestados en San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo hay agresión física y en más del 65%, agresión verbal. Y más del 45% de los conflictos en casa se deben a la falta de dinero.

Mientras tanto, más del 83% de estudiantes encuestados en ambos distritos reportó que hay agresión física en su escuela. Las causas principales son el lugar de residencia y las diferencias socioeconómicas.

Según Pazo, los hijos describen que por más esfuerzo laboral extremo que hagan en la familia, no es posible tener una educación digna o un hogar decente con servicios básicos. ¿Cómo revertir la violencia derivada de la desigualdad?