Desde el Vaticano. Antonio Arellano trabajó para Italia y Benedicto XVI.,El trujillano Antonio Arellano, conocido como "El zapatero del Papa", ha escrito sus vivencias en un libro, el mismo que hace poco ha regalado al papa emérito Benedicto XVI. Según la agencia EFE, Antonio ha tardado casi cinco años en terminar el texto desde que concibió la idea, y de momento lo ha escrito en italiano, aunque tiene planes de traducirlo al español y al inglés. PUEDES VER Papa Benedicto XVI asegura que pedofilia inició por marchas de liberación sexual de los 60 En él cuenta su vida, cómo llegó a Italia, cómo se fue haciendo de una clientela entre curas, arzobispos y monjas junto a los muros del Vaticano, y cómo llegó a ser el zapatero de Benedicto y de Juan Pablo II. "Cuento hasta dónde he llegado, porque no es fácil para uno salir de su país a buscar un futuro, y porque siento un gran orgullo de haber creado los zapatos de Benedicto XVI y ser quien arreglaba los de Juan Pablo II", afirma el peruano nacido hace 50 años. PUEDES VER Papa Francisco asegura que la biblia "no es para estudiar" En su tienda y taller, rodeado de zapatos, cinturones, plantillas y otros artículos de calzado ubicado en el barrio romano de Borgo, Arellano rememora desde que empezó a trabajar con los zapatos, a los siete años en su ciudad natal (Trujillo). "A los 14 ya era un maestro, hacía doce pares al día y trabajaba desde las 7 de la mañana hasta la hora que terminara, pero yo quería venir a Italia, (pues) me habían dicho que era el país de los zapatos". Por eso, con poco más de 20 años dejó el Perú y se plantó en Roma, "sin saber italiano, con plata para dos o tres meses". Fuera de la curia también tiene otros clientes famosos, como la "chica Bond" Maria Grazia Cucinotta, o el atleta de esgrima Aldo Montano, a quien hizo las zapatillas de competición con la bandera italiana. El libro de "El zapatero del Papa" aún no está a la venta, solo ha editado unos pocos ejemplares porque Antonio "lo hace todo con calma".