Política

Exministro del Interior condena que PNP dispare bombas lacrimógenas al cuerpo: "Es un delito"

Ciudadanos y efectivos de la Policía Nacional del Perú protagonizaron hechos violentos en la avenida Abancay durante las protestas de este viernes 28 de julio.

Protestas se registraron afuera del Congreso desde la mañana del viernes 28 de julio. Foto: captura LR/Omar Coca
Protestas se registraron afuera del Congreso desde la mañana del viernes 28 de julio. Foto: captura LR/Omar Coca

Mientras la presidenta Dina Boluarte daba su mensaje a la nación en el interior del Congreso de la República, en los exteriores, un grupo de manifestantes expresaba su rechazo contra la mandataria. Durante las movilizaciones de este viernes 28 de julio se registraron enfrentamientos violentos con los agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), quienes dispararon bombas lacrimógenas contra ellos para disuadirlos.

Durante una transmisión en vivo de La República se captó imágenes de un efectivo policial disparando con una escopeta contra manifestantes que buscaban no retroceder mientras se defendían con una reja que estaba colocada en los exteriores del Legislativo.

El video no permite identificar con claridad si las bombas lacrimógenas llegan a impactar contra una persona, pero sí se ve que los disparos iban contra el grupo de ciudadanos que protestaba. Es decir, lo más probable es que se haya ido al cuerpo de una de las personas aglomeradas.

Frente a esta situación, este diario se contactó con especialistas en seguridad ciudadana para que expliquen si el accionar policial incurrió en alguna infracción o hasta en un posible delito.

El extitular del Ministerio del Interior José Elice analizó los videos y no encontró precisión en un abuso policial con arma en mano; sin embargo, él dejó en claro que, de haber ocurrido, podría haber consecuencias graves.

"Si alguien ha disparado al cuerpo una carga de gas lacrimógeno, en cualquier circunstancia y a corta distancia, es definitivamente una falta y podría ser un delito", explicó el exfuncionario del Gobierno de Francisco Sagasti.

Por su parte, el exviceministro del Interior Ricardo Valdés recordó que la Policía no puede disparar perdigones de goma a una distancia menor de 35 metros y en el caso de las bombas lacrimógenas, estas nunca deben ir al cuerpo ni lanzadas directamente, sino con una parábola de 45 grados que asegure una distancia de 30 metros entre quien dispara y a quien se busca disuadir. De no acatar lo que dicen los manuales, esto constituye delito.

"Ese es un delito contra la vida, el cuerpo y la salud. Se debe acudir a Inspectoría y luego al Ministerio Público. Los escopeteros son fáciles de identificar porque siempre hay solo 1 por cada 10 policías. Es decir, son pocos o mínimos cada cuadra", dijo el experto en seguridad ciudadana.