Dina Boluarte se victimiza y pide reforma del sistema de justicia
Discurso vacío por 28 de julio. La presidenta leyó 81 páginas en su último mensaje. No se pronunció sobre las muertes en su gobierno, minimizó las protestas y calificó de “acoso” las investigaciones que afronta junto a sus funcionarios.
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La presidenta Dina Boluarte dio ayer su último mensaje por 28 de julio. Fue un discurso extenso. Demoró más de cuatro horas en las que no hubo ninguna autocrítica, tampoco mencionó a los muertos que hubo en este periodo, durante las protestas sociales y producto de la inseguridad ciudadana.
Boluarte se presentó como una mandataria que asumió el poder en medio del caos y salvó la democracia.
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“Mi gobierno no tuvo paz ni tregua. Desde un inicio enfrentamos una ofensiva violenta. La primera etapa de nuestra gestión estuvo marcada por una convulsión política, que provocó significativas pérdidas económicas para el país”, manifestó ante el hemiciclo.
La mandataria lamentó las pérdidas económicas, pero no las humanas que hubo al inicio de su gobierno producto de la represión a las protestas en las regiones de nuestro país.
Además, cuestionó las investigaciones que pesan en su contra y las mociones de vacancia presidencial que fue impulsados por las bancadas de izquierda en el Congreso.
“He sido blanco constante de cuestionamientos, críticas, amenazas de vacancia motivadas, no necesariamente por hechos objetivos, sino por otro tipo de intereses”, sostuvo.
Hasta ahora, cabe precisar, el Congreso no admitió ninguna moción de vacancia y tampoco aprobó las denuncias constitucionales que pesan en contra de la presidenta.
Boluarte aseguró que existe una narrativa que la convirtió en un “chivo expiatorio” para culparla de ser la “causante de todos los males” y calificó de acoso las indagaciones que afronta.
“Sostener la democracia implicó enfrentarnos a poderes fácticos, que pretendieron que, al enfrentar innumerables investigaciones y denuncias fiscales o extender este caso a funcionarios de mi gobierno e involucraron, incluso, a miembros de mi familia, doblegarían mi compromiso”, añadió.
En la página 61 de su mensaje, Boluarte se refirió a la necesidad de una reforma del sistema de justicia. “Se requiere (…) convertirlo en un esquema democrático y que cuente con la legitimidad que requiere la ciudadanía”, dijo.
Este tema también es una demanda de un sector del Congreso que respalda a Boluarte y que cuestiona la permanencia de la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, y los integrantes de la Junta de Fiscales Supremos.
En la página 81, cambió de mensaje y leyó una carta que envió el papa León XIV.
Después no retomó el hilo del discurso y omitió 15 páginas en las que, de acuerdo al texto distribuido por Presidencia de la República, tenía previsto que la mandataria anuncie nuevos proyectos y objetivos de cara al 2026, y otras críticas hacia sus detractores e instituciones.
La antepenúltima página del mensaje que estaba enfocada en cuestionar el sistema judicial, el cambio de la Constitución y asegurar que la presidenta no estaba involucrada en ningún acto de corrupción.
“Desde el primer día hice una promesa al pueblo peruano: trabajar de manera transparente y sin cometer actos de corrupción. Hoy puedo decirle al país que lo he cumplido”, afirmó el documento del discurso presidencial.
Y agregó: “Debemos estar atentos al accionar de los enemigos de la democracia, de quienes pretenden cambiar la Constitución y robarnos la esperanza de un mejor país”. Boluarte fue candidata a la vicepresidencia con Perú Libre y defensora de la propuesta de una Asamblea Constituyente, pero cambió al llegar al poder.
La misma página del mensaje presidencial insistió en realizar reformar el sistema judicial:
“Hemos visto con estupor como una institución fundamental del Estado constitucional viene siendo tomada por intereses subalternos ajenos al interés nacional. Compartimos el deseo de muchos peruanos de contar con un sistema de justicia que garantice la defensa de la legalidad de maner objetiva. Tenemos el deber de rechazar la politización del sistema judicial”.
"Un mensaje alejado de la realidad"
Por Marisol Vargas, politóloga de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
La primera parte del discurso de la presidenta Dina Boluarte fue confrontacional.
La mandataria atacó directamente a un partido político a la que ella perteneció. Se olvidó de dónde vino y a quiénes la pusieron donde está.
Y, además, fungió como si su gestión hubiera sido elegida en un proceso con legitimidad.
La historia no fue así, la presidenta Dina Boluarte pertenece a un gobierno porque hubo un golpe de Estado no prosperó.
Para la presidenta Dina Boluarte cualquier medio de comunicación y actor político que no apoye lo que dice, será parte de una narrativa obstruccionista.
Si tienes una presidenta de la República que no tiene claro la labor de un funcionario y cómo resolver los problemas de la ciudadanía, sus acciones van a moverse conforme a la marea.





















