Detectan 'canibalización' de 111 fusiles de guerra del Ejército peruano
Fueron sacándoles de a pocos sus principales piezas hasta dejarlas inservibles. Ocurrió dentro de un almacén del Ejército, donde en teoría, ningún arma se mueve sin que sea minuciosamente registrada.
Armas de guerra modelo Galil, calibre 5,56, de fabricación israelí, fueron manipuladas, transformadas y rehechas de manera artesanal; convirtiéndolas, literalmente, en armas hechizas. Todo ocurrió dentro de un almacén del Ejército, donde ningún arma se mueve sin que sea estrictamente registrada, reveló el programa 'Cuarto poder'.
Según documentación del Ejército a la que accedió el dominical, este hecho fue descubierto en el 2021, pero la Procuraduría del Ejército recién ha denunciado, después de tres años de sospechosas demoras y sin responsable descubierto.
El 11 de enero de 2021, el comandante Zanoni Durand ingresó como nuevo comandante del Batallón de Material de Guerra 512, sustituyendo al comandante Ricardo Jaramillo. Fue cuando el entrante Durand descubre que 111 fusiles habían sido manipulados y que varias partes eran maquetas.
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El hermano del ministro
Un informe inicial sobre el hecho fue elevado al comando superior, es decir, al jefe del servicio de Material de Guerra del Ejército, el general de Brigada Mario Chávez Cresta, hermano del actual ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta.
De acuerdo a 'Cuarto poder', Durand intenta que Inspectoría de Material de Guerra haga una investigación y tome medidas, pero el general Chávez le exige que le entregue un informe detallado, aun cuando el informe técnico 001 especificaba, arma por arma, el estado de cada una.
Por ejemplo, se menciona que el arma con código 96105944 no tiene culata ni mira delantera, tampoco agujas percutoras y anillos de vástago de la guía. Advierte que el cañón tiene picaduras en las ánimas, el cajón de mecanismo está reconstruido artesanalmente y no tiene guardamanos ni gatillo.
Asimismo, señala que el arma con código 96116494 tampoco tiene culata, ni agujas percutoras, pero hay daño en los anillamientos de primero, segundo y tercer grado. Refiere que el cajón de mecanismo no es el original, no hay resortes de guardamanos ni abrazaderas traseras, además de la ausencia de palanca del fiador, no tiene mira ni cubrellamas. Es decir, son armas inservibles.
Zanoni Durand hizo un resumen de sus hallazgos y envió el documento a su jefe, el general Mario Chávez Cresta. Entonces, el hermano del ministro ordenó sancionar al comandante Ricardo Jaramillo con 8 días de arresto simple, porque no informó sobre esta grave denuncia.
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Quisieron ocultarlo
'Cuarto poder' también relata cómo los responsables de las armas pretendieron solucionar el faltante de los fusiles Galil. El documento 389, con fecha 5 de noviembre de 2021, 11 meses después del descubrimiento de las armas canibalizadas, señala que el general Chávez Cresta solicitó que se cumpla la disposición de dar de baja al armamento mediante el método de destrucción, es decir, que lo fundan.
Esto significaba, en buena cuenta, que las armas dejaban de ser parte del armamento del Ejército por un procedimiento habitual, como si no hubiese existido ninguna irregularidad, pese a haberlas encontrado totalmente 'canibalizadas'.
Durand, el comandante que hizo la denuncia, no estuvo de acuerdo. En el informe de número 335 dice: “No es recomendable realizar los trámites de baja y disposición final por el método de destrucción”. Además, agrega que “al ser hechizos, no originales, fundir los 111 fusiles acarrearía responsabilidades administrativas y penales”.
La Procuraduría del Ejército denunció al fuero militar la pérdida de los cajones de mecanismo de los 111 fusiles Galil. Foto: Ejercito
Nuevo informe
A inicios del 2022, y con el proceso todavía en curso, se nombró un nuevo jefe de material de guerra del Ejército, el general Aldo Cornejo. Este oficial ordenó que Inspectoría realice un nuevo informe detallado del material de guerra que existía en el batallón 512, en que se había encontrado las armas 'canibalizadas'.
El informe del BMG 512 confirmó lo que Durand venía denunciando. Concluye que “son armas réplica artesanal con componentes no originales reconstruidos artesanalmente”, y consideran que las 111 armas son “inservibles e irrecuperables”.
Recién el 17 de enero de 2024, 3 años después, la Procuraduría del Ejército decide denunciar al fuero militar la pérdida de los cajones de mecanismo de los 111 fusiles Galil, algo que ya había alertado el comandante Durand desde el 2021.
Lo increíble es que en su denuncia, la Procuraduría indica “la presunta comisión de infracción penal cometida por el teniente coronel Zanoni Durand y los que resulten responsables”. De esta manera, termina denunciando al oficial que sacó a la luz la pérdida del material de guerra del Ejército peruano.
Y más. Los implicados en este caso siguen en el Ejército, y el que denunció el hecho, pasó al retiro por un proceso de renovación.