Caso Bustíos: comuneros confirman que muro del cuartel se construyó en 1988
Exautoridades de Paquecc y Huancayocc señalan que trabajaban en faenas, tal como declaró la testigo Ysabel Rodríguez Chinapa, quien acusó a Daniel Urresti de haber participado en el crimen del periodista.
Comuneros de las localidades de Paquecc y Huancayocc, en la provincia ayacuchana de Huanta, afirman que en 1988 militares del cuartel Castropampa los obligaban a participar en faenas para construir el muro perimétrico, lo que confirma la declaración de la testigo Ysabel Rodríguez Chipana en el juicio por el asesinato del periodista de Caretas Hugo Bustíos.
Ella acusó del crimen al exministro del Interior y hoy candidato a la Municipalidad de Lima, Daniel Urresti, así como de haberla violado en dos oportunidades. Detalló que entonces lo conocía como capitán ‘Arturo’, y que lo vio en el destacamento del Ejército, a donde fue a trabajar en las obras para levantar la muralla.
Con el fin de desacreditar su testimonio, la defensa de Urresti ha presentado testigos que afirman que el cerco ya estaba construido en 1988. Sin embargo, La República tuvo acceso a las declaraciones de dos exautoridades comunales que aseguran lo contrario.
PUEDES VER: Fiscalía prueba que dinero de Juan Rassmuss y Dionisio Romero fue “pitufeado” para Keiko Fujimori
Una de ellas es Antonio Zaga Huamán, de 78 años, exautoridad de la comunidad de Paquecc, quien detalló que, ese año, un comando designado por los militares cada dos semanas coordinaba con los comités de autodefensa cuando les tocaba ir a apoyar a levantar el muro.
“Cuando empiezan a construir el cuartel, apoyamos en faenas. Estábamos a la orden del cuartel para su construcción. Nos obligaron a hacer la muralla. Hacíamos adobes y levantábamos pared por metrajes”, indica. Además, precisó que alrededor de 40 pobladores participaron en los trabajos.
“Más que nada se ha hecho con adobe, desde la cimentación, hacíamos zanjas. Era obligación. Tal trabajo les toca, tal metraje, altura, todo eso ordenaban y había que cumplir”, añade.
Zaga Huamán remarca que al que no quería ir lo tildaban de “cómplice de la otra parte”, en referencia a los terroristas, por no acatar lo que ordenaban los militares. “Tenían que cumplir un castigo, le daban detención, después de darle palizadas, golpearlos”, revela.
Recuerda haber visto comuneros de Maynay y Cangari, entre otras localidades, participando en la construcción del muro.
Daniel Urresti
De varias comunidades
Tiburcio Minaya, de 57 años, de la comunidad de Huancayocc, también confirma que en 1988 pobladores de su localidad participaron en la construcción del cerco perimétrico.
Él estuvo en las rondas que se formaron para cuidar el pueblo de los terroristas de Sendero Luminoso. Relata que vigilaban desde los cuatro torreones que habían construido, y recorrían las calles para verificar que todo estuviera bien y que los vigías no se hubieran dormido. Agrega que ellos no solo levantaron el muro, sino también paredes en el interior del destacamento.
“Apoyamos al cuartel en forma de faena, nos obligaban a ir. Íbamos de 10 en 10, a veces de 20 en 20, para trabajar en la muralla y en el local, en los cuartos”, sostiene.
Destaca que han participado pobladores de varias comunidades de Huanta que pertenecían al área de influencia del cuartel Castropampa, tanto de la parte alta como de la parte baja.
“No solo de acá, sino, de otras comunidades que pertenecían a Huanta, íbamos. Había un comando de sector, A, B, y así. Ellos coordinaban con los militares, y nos obligaban a ir. El que no iba, sanción. Venían de otras comunidades y, si no obedecíamos, nos sacaban, nos maltrataban. De miedo uno asisitía obligado a la faena”, comenta.
Entonces, Minaya tenía apenas 19 años, pero igual debía ir. Cuenta que también mujeres trabajaron en el muro, lo que corrobora la declaración de la testigo Rodríguez Chipana.