Pimentel sobre caso Plata como cancha: “Estamos ante una estrategia de amedrentamiento”
El director general de la editorial Penguin Random House y sentenciado a dos años de prisión suspendida junto a Christopher Acosta por el libro Plata como cancha afirmó sentirse optimista con revertir sentencia del juez Raúl Jesús Vega en segunda instancia.
En La Entrevista, Paola Ugaz conversó con Jerónimo Pimentel, director general de la editorial Penguin Random House, sentenciado junto a Christopher Acosta, autor de Plata como cancha, a dos años de prisión suspendida y el pago de S/ 400.000 de reparación civil a favor de César Acuña por el juez Raúl Jesús Vega.
¿Qué tiempos vive la prensa en el Perú?
Son tiempos terribles. La prensa peruana está pasando por una de sus peores crisis que tiene múltiples niveles. Por un lado están los modelos de negocio de muchos de los medios, otra relacionada a los grupos de poder e ideológicos para utilizar la prensa como arma, la tercera es la confiabilidad entre los ciudadanos y los periodistas y la que me ha tocado a mí que es la criminalización de la labor periodística por parte de grupos de poder que quieren restringir el acceso a la información de calidad.
¿Cómo hacer para que el Ministerio Público se dé cuenta de que están siendo utilizados?
Se necesita de un trabajo en el Poder Judicial. Primero, que revise todo el marco jurídico al rededor de los delitos de honor. Me parece increíble que en el Perú todavía haya prisión por delitos contra el honor porque en la mayoría de países es un proceso civil y no penal.
Quiero ser ingenuo, pero me parece que hay una labor formativa que está faltando sobre todo en los jueces de primera instancia. En mi caso, separándolo por un momento del de Christopher Acosta, ningún juzgado de un país libre hubiese admitido esta querella por difamación a una persona que nunca se ha referido a César Acuña. Estoy siendo querellado como una persona natural, no como tercer civil responsable únicamente.
Por ser director de una editorial que comercializa al rededor de 7.000 títulos y, uno de esos tiene citas con nombre y apellido, con fuentes perfectamente identificadas. El nivel de atropello que hay es tremendo No solo admito que el periodista no puede citar, que yo como juez decido si la fuente es confiable o no y, además, el director de la editorial en la que se publicó el libro también va preso. Es una cosa que no tiene antecedentes.
Penguin Random House es una transnacional gigante, ¿cómo se le explica a los jefes lo que te ha pasado ayer?
No se puede explicar porque nadie entiende. Primero, no entienden lo del periodista; es decir, no comprenden por qué es culpable de algo que cita. En todo el mundo, en toda sociedad libre, la cita, la fuente anónima, que no es el caso de Christopher, es un derecho ganado por el periodismo. Nadie discute de esas cosas ya.
Pero tiene un propósito que es generar miedo
Claro, la lección es que lo han utilizado como una suerte de castigo ejemplar. Esto es una narrativa y vamos por partes. Primero, se intentó impedir la circulación del libro a través de una acción civil en Indecopi que no ha prosperado y, como no lo hizo, se ha castigado al autor, al editor y a la editorial por no haber censurado la circulación.
¿Cuál era el argumento para impedir la circulación?
Era una cosa muy extravagante también. César Acuña registró como marca comercial una frase infeliz como Plata como cancha. Todos sabemos el contexto en el que se dijo, pero él lo hizo para en teoría dar una suerte de servicios publicitarios.
Hay categorías en las que puedes inscribir tu marca, ideas o creaciones. Nosotros trabajamos como editorial en las de Publicaciones y Libros y, en esa categoría, César Acuña no tenía inscrito nada. Entonces no hemos vulnerado ningún derecho de la propiedad intelectual al publicar un libro con esa frase, pero ellos pretendían que nosotros, tanto el autor como la editorial, tratábamos de valernos de una marca posicionada para un propósito sin reconocer derechos comerciales. Es una cosa que se cayó inmediatamente.
Poder. César Acuña no asistió a la lectura de la sentencia. Foto: Gerardo Marín/ La República
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Acosta es muy cuidadoso en citar a las personas.
Lo que el juez pretende, si yo he entendido bien la sentencia, es que tú solo puedes reportar una fuente si has corroborado fehacientemente, pero no en el sentido de contexto, no, sino que lo que lo dicho tiene una sentencia judicial que avala su afirmación. En términos prácticos, restringe todo género periodístico. Básicamente no se puede decir nada.
Por ejemplo, todos los casos de colaboración eficaz de Lava Jato serían irreportables porque no son declaraciones que tengan sentencia firme, toda biografía no autorizada sería imposible de publicar. Esta entrevista estaría siendo penada porque no puedes corroborar si todo lo que estoy diciendo es cierto en un sentido jurídico. Estamos ante una estrategia de amedrentamiento.
¿Qué medidas están tomando?
Estoy completamente convencido de que esto se cae en segunda instancia, los jueces van a aplicar la doctrina correcta. Estamos apelando y con la apelación entiendo que queda suspendida los extremos de la sentencia. Este caso se está convirtiendo en un caso emblemático porque no pone en juego solo la publicación de Acosta,, sino de cómo se debe hacer periodismo en el Perú.