Política

Javier Pérez de Cuéllar: el recibimiento en Perú tras designación como secretario general de la ONU

El destacado embajador peruano tomó posesión del cargo el 1 de enero de 1982 durante el gobierno de Fernando Belaúnde Terry.

El destacado abogado y diplomático Javier Pérez de Cuéllar fue el primero y hasta ahora el único latinoamericano en ser nombrado como Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 1 de enero de 1982 a los 61 años de edad.

Antes de su asignación en la ONU, Cuéllar solicitó su pase al retiro en octubre de 1981 tras desempeñarse como subsecretario también de dicha entidad y luego de que el expresidente Fernando Belaúnde Terry lo propusiera como embajador peruano en Brasil.

Posteriormente, fue el exmandatario y líder histórico de Acción Popular (AP) quien recibió a Javier Pérez de Cuéllar tras la toma de su cago el cual llenaría de mucho orgullo al Perú pues le permitió ir a lugares donde había diversos conflictos armados y sangrientos.

En efecto, su nuevo cargo le permitió a Cuéllar llevar intensas negociaciones internacionales entre las que se destacan las negociaciones entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas Falkland/Malvinas.

Luego aceptó asumir un segundo mandato como Secretario General en 1986 en un momento difícil en la ONU pues la institución atravesaba una difícil situación financiera, dándole un mayor valor a su liderazgo.

Además, esta nueva asignación le permitió ser parte de la final de la Guerra Fría. Demostrando así su experiencia y el uso de su gran diplomacia en la revolución de democratización en Camboya, la salida de tropas soviéticas en Afganistán.

De igual manera, estuvo en la finalización de las guerras entre Irán e Irak, y fue intermediario en la Guerra del Golfo Pérsico.

Un peruano universal

Pérez de Cuéllar se reunió con importantes líderes. Aquí, junto a Nelson Mandela (Foto: ONU)

Pérez de Cuéllar se reunió con importantes líderes. Aquí, junto a Nelson Mandela (Foto: ONU)

Gracias a su capacidad se liberaron a varios rehenes occidentales en el Líbano, la independencia de Namibia, muy concretamente, el restablecimiento de la paz en Centroamérica incluyendo el conflicto armado en El Salvador.

Es así que su increíble resolución diplomática le permitió ganar el Premio Príncipe de Asturias en Cooperación Internacional en 1987.

Del mismo modo, fue galardonado con el premio Olof Palme para el entendimiento internacional y la seguridad común y el premio Jawaharlal Nehru para el entendimiento internacional en 1989.

Finalmente, su trabajo como Secretario General en la ONU concluyó en 1991, logrando ser condecorado en 25 países donde también recibió varios títulos honorarios. Ese mismo año también fue nominado al Premio Nobel de la Paz.