Una magistrada con carácter liderará el Tribunal Constitucional
Perfil. En enero se convertirá en la primera mujer en asumir la Presidencia del TC. Ha decido emprender el reto de demostrar que las mujeres pueden ocupar altos cargos sin ninguna distinción. Siempre se ha caracterizado por sus convicciones firmes y asegura que lo seguirá haciendo.
“Un juez está compuesto de una dosis de ética, de conocimientos jurídicos, comportamiento emocional equilibrado y capacidad gerencial para dirigir el juzgado, la Sala o la entidad que se le encargue”, refirió la doctora Marianella Ledesma hace tres años en una conferencia por el aniversario de la Oficina Nacional de Control de la Magistratura (OCMA).
Es la receta que resumió su exposición “¿De qué está hecho un juez?” y que ha reafirmado a La República en su despacho del Tribunal Constitucional (TC). Además, compartió con nosotros por qué estudió derecho y otras facetas de su vida.
“Uno no es juez por un nombramiento o un papel que reconoce formalmente ese ejercicio. El juez se va templando conforme pasan los años. Por eso considero que debe tener esos cuatro componentes fundamentales”, precisó.
Reconoció que el cargo tiene cierta cuota de poder que se debe saber administrar con ecuanimidad. Recalcó que, por ello, tal vez la emoción y la ética deben tener mayor incidencia al momento de nombrar a un magistrado, a fin de evitar casos de corrupción como la cometida por “Los Cuellos Blancos del Puerto”.
La doctora Ledesma, quien en pocos días asumirá la presidencia del máximo ente constitucional, reveló que el azahar la convirtió en abogada.
“Yo he estudiado Derecho por un tema circunstancial. Pensaba formarme para ser médico por un tema social, para atender a los más pobres, pero el camino me enrumbó a las leyes, que también tiene ese componente social”, relató.
A inicios de 1980, como ella vivía en Trujillo, su padre, el reconocido político de izquierda Genaro Ledesma, le encargó a un amigo que la inscriba para dar el examen de admisión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. “Pero nunca le dijo a qué carrera inscribirme, así que pensó: como su papá es abogado, su mamá también; bueno, que sea abogada”, comentó sonriente.
Ingresó al primer intento y, aunque no había sido su elección inicial, optó en quedarse en la Facultad de Derecho hasta decidir a dónde cambiarse. Pensó en Sociología, entre otras carreras, pero el destino la retuvo en la abogacía.
“Paso un año y no le encontraba el sentido al Derecho. Entonces, fui al Palacio de Justicia y allí encontré un rótulo que decía que necesitaban practicantes. Indagué de qué se trataba y me quedé”, refirió.
Así comenzó su larga carrera en el sistema judicial, donde permaneció más de 30 años. De 1988 a 1990 fue juez de paz letrado en varios distritos de Lima, como Breña, Pueblo Libre, Jesús María y La Victoria, entre otros. Entre 1998 y el 2014 fue juez civil supernumerario de la Corte Superior de Justicia de Lima, hasta que fue elegida como magistrada del TC.
“Toda mi vida la he pasado en el Poder Judicial. Desde practicante, auxiliar, juez en varias instancias. Tengo dos almas mater: San Marcos, que me dio la mirada teórica del Derecho, y el Poder judicial, donde he podido plasmarla”, dice con orgullo.
Posiciones firmes
Desde que llegó al máximo ente constitucional, la magistrada Ledesma hizo sentir que era una jueza de posiciones firmes, dejando siempre claro que emite votos en base al derecho, sin hacer diferencias.
Fue propuesta en el 2014 por la bancada de Gana Perú, pero ello no le impidió votar contra el hábeas corpus contra la prisión preventiva del expresidente Ollanta Humala y la ex primera dama Nadine Heredia.
En abril del año pasado advirtió que ese caso podría ser usado como un precedente con el que “se están creando reglas que a futuro harán imposible las prisiones provisionales”. En entrevista con este diario alertó que el fallo que permitió la excarcelación de la expareja presidencial podría, incluso, debilitar la lucha anticorrupción.
De igual manera, hace unas semanas, votó contra el hábeas corpus de Keiko Fujimori. Pese a las evidencias, sin embargo, la mayoría simple del TC optó por anular su detención preventiva.
En abril último fue la única magistrada que votó en contra del fallo que suspendió la capacidad sancionadora administrativa de la Contraloría General de la República hasta que las conductas infractoras sean tipificadas en la ley. Este fallo paralizó en la práctica las acciones contra más de 15 mil funcionarios públicos que estaban investigados por presuntas irregularidades .
“Avizoro que se va a producir un efecto nocivo en la potestad disciplinaria de la Contraloría, pues dejarán sin efecto todas aquellas sanciones de funcionarios que se hubiesen aplicado”, sostuvo la magistrada en su voto singular.
En el 2017, en una de las pocas sentencias que obtuvo consenso total, la doctora Ledesma se pronunció por la inconstitucionalidad de algunos artículos de la ley antitránsfuga que dictó el Congreso para evitar la creación de nuevos grupos parlamentarios.
“Me parece increíble que actores políticos todavía tengan una mente muy primitiva en una concepción política de un Estado moderno; todavía están en el siglo XVIII, hablando de Montesquieu y la división de poderes. Hoy no estamos en ese tipo de Estado, salvo que mentalmente se hayan quedado ahí”, respondió a las críticas de los legisladores frente al fallo del TC.
Nunca perder la humildad
En enero, Marianella Ledesma se convertirá en la primera mujer en asumir la presidencia del máximo ente de control constitucional. Sabe que no será fácil pero está decidida a demostrar que las mujeres están preparadas para dirigir una institución de esta envergadura.
“Ese es el reto y lo tengo que demostrar en esta gestión, con la colaboración de todo el personal del TC”, indicó.
Resalta que comparte las convicciones sociales de su padre, pero la fortaleza la aprendió de su madre, Leonor Narváez Monzón, con quien ahora –según sus propias palabras– tiene el privilegio de vivir y cuidar.
“Es muy importante la imagen y la formación materna en el hogar. Mi papá estaba involucrado en sus actividades políticas, de luchas sociales; y mi mamá era profesora y llegó a ser directora de una escuela de varones, pero también estudió Derecho en los años 60, en una época en que era una carrera de varones”, manifestó.
En su aula había 40 hombres y solo dos mujeres, pero ello no la amilanó. Se recibió y ejerció en la lucha de los derechos de las mujeres.
“Siempre nos inculcó fortaleza, autonomía, convicción de ideas. Luego de mi elección, me recomendó: nunca pierdas la humildad ni el norte del objetivo en tu vida. Y eso haré”, afirmó.
Sabe que no será fácil. Es consciente de las críticas que generó en un sector, su designación como presidenta del TC por haber tenido el respaldo de tres magistrados considerados como conservadores, pero afirma que ello no implica haber claudicado en sus ideales.
Ya lo demostró y lo volverá a hacer las veces que sean necesarias.
Más de una faceta en la vida
- La doctora se declara amante de los animales y “súper hincha de los perros”. Así como su padre Genaro adoptó a “Chumbeque”, ella tiene a “Florinda”, quien llegó a casa hace 10 años. “Nuestros perros han vivido muchos años. Florinda es criolla y muy fiel. Lleva mucho tiempo en la familia”, contó.
- Gusta hacer deportes, como el tenis y la natación, los que practica desde la universidad. “Nado un kilómetro pero a ritmo suave, no de campeonato. Nado desde que estaba en San Marcos y practicaba en el PJ. Salía de la práctica y me iba a la piscina del Estadio o el Campo de Marte. Me ayudó a ser ordenada y metódica”