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Política

Las razones detrás de la alianza de Nuevo Perú con Cerrón

Divisiones. En Nuevo Perú hay un sector mayoritario preocupado en promover un cambio de modelo, donde las banderas de los derechos de minorías no generan atracción.

Por: Henry Cotos y Enrique Patriau

Para comprender lo que pasó en la izquierda –concretamente en Nuevo Perú– hay que saber, primero, cómo piensan en la interna del partido. Entrevistas con personas cercanas a la agrupación describieron la situación de la siguiente manera. Hay un segmento a favor de posturas pro derechos de minorías, ambientalistas y feministas. Y otro más preocupado en articular alianzas con una izquierda más provinciana, menos limeña, en donde la urgencia es avanzar hacia un cambio de modelo económico, entre otras cosas.

Es decir, la alianza entre NP, con Verónika Mendoza como figura estelar, y Perú Libre, de Vladimir Cerrón (además de Juntos por el Perú) no solo responde a un cálculo electoral inmediato. También a una manera de entender lo que debe ser y ofrecer la izquierda.

Aunque para ello Mendoza haya tenido que aliarse con alguien que defiende posiciones abiertamente contrarias a las banderas que ella ha llevado por varios años.

No es que un combate a la desigualdad y una agenda a favor de minorías sexuales sean irreconciliables. Sin embargo, en la dirigencia de NP no se piensa así. No es casual que en su carta de renuncia, Marisa Glave haya incluido, en su párrafo final, la siguiente frase: “Sí es posible combinar una agenda de crítica frontal al modelo económico (...) con la reivindicación de las mujeres a una vida libre (...) con la lucha de la comunidad LGTBI”. Para más señas, lo resaltó en negrita.

Es cierto, si NP hubiese podido confirmar su inscripción como partido, no habría tenido la necesidad de juntarse con PL y JPP. La excongresista Marisa Glave, en su carta de renuncia, admite que se preocupó más por su labor parlamentaria que por promover la “construcción partidaria”. Lo mismo planteó Tania Pariona, el viernes.

Cabe preguntarse si un mayor compromiso de ellas en la inscripción (ser congresista es un trabajo a tiempo completo) hubiera cambiado la situación legal de NP. No parece muy probable. Una fuente comentó que, en realidad, la plana mayor de NP no parecía abordar el asunto con mucho apuro. Según su visión, los dirigentes se sentían "cómodos" con la opción de una alianza en el horizonte. ¿Para qué invertir en dinero y logística si hay un camino más sencillo?

Parece claro, la alianza presentará una lista parlamentaria para enero. El objetivo principal, no obstante, son las elecciones generales de 2021. Si en los comicios anteriores, una candidatura como la de Mendoza creció a partir de su oposición al fujimorismo, esta vez la narrativa apunta a algo diferente: continuidad versus cambio. Habrá que ver si funciona.

Días intensos

Puede decirse que la salida de Glave, Pariona, Indira Huilca, Richard Arce y Horacio Zeballos, en rechazo al acuerdo con Perú Libre, fue gestándose desde enero de este año, en una reunión de las izquierdas en Huancayo, denominado “Voces del cambio”. A los entonces congresistas de NP se les dijo que era solo un encuentro. En retrospectiva, personas al tanto de lo ocurrido en estos días consideran que, ya por entonces, se perfilaba un acuerdo. Era cuestión de tiempo su concreción.

Así fue. A las bases se les dijo que la decisión ya estaba tomada y quedaba formalizarla. Del entorno del grupo que dejó NP, dijeron: "Sabíamos que teníamos que ir con alguien, pero no con Perú Libre". El jueves se buscó un espacio de diálogo para evitar la salida. Fue infructuoso. Ese mismo día se produjeron las últimas comunicaciones entre Glave y Mendoza. No hubo final feliz. Se comenta que fue Huilca quien más decidida estaba a dar un paso al costado. Cuando notaron que no podía haber ningún cambio, ambas, Glave y Huilca, anunciaron su salida. Pariona lo hizo el viernes en la noche.

NP ha perdido a sus cuadros más visibles en su apuesta por tratar de ganar fuerza política e intensificar sus posiciones de izquierda. Seguramente, los excongresistas encontrarán un lugar en dónde recalar. La unidad de la izquierda, ese viejo fetiche, sigue siendo eso, un fetiche.

Sin “voluntad” para “llegar al gobierno”

- “Lo que queda claro es que (Nuevo Perú) no tiene ninguna voluntad de llegar al gobierno el 2021 y mucho menos de acumular poder para generar las transformaciones que nuestro país necesita. Ser de oposición siempre puede ser más cómodo”, comentó el analista Javier Torres.

- Por su parte, el precandidato a las elecciones de enero, Enrique Fernández Chacón, dijo: “Cuando uno pierde el rumbo puede irse hasta donde lo arrastre el viento como una veleta. Muchas ambiciones personales, y creo que eso es lo que precisamente prima no solo en ella (Verónika Mendoza), sino en la gente que la acompaña”, dijo.