Martín Tanaka: “Lo más difícil (de la reforma) todavía está por llegar”
Martín Tanaka. Docente universitario, exintegrante de la Comisión de Reforma Política.
Por: Enrique Patriau
Martín Tanaka, quien integró la Comisión de Reforma Política, da su impresión sobre el proceso que se está llevando en el Congreso. Señala que se ha establecido una dinámica seria, aunque advierte que los proyectos más complicados todavía están por venir.
¿Cómo evalúa la marcha del debate por la reforma?
En un momento se veía muy complicado todo, pero hay que reconocer que se ha establecido una dinámica de trabajo intensa y seria. También es cierto que lo más difícil, lo más complicado, todavía está por llegar, pero esperemos que el ánimo y las conversaciones entre los congresistas y el Gobierno permitan que se pueda seguir.
¿Qué es lo más difícil?
Una cosa que todos los congresistas decían que había que dejar para el final era lo de la inmunidad parlamentaria. Y luego, está lo de la democracia interna, un asunto difícil en sí mismo por la diversidad de opiniones que hay, algo que está muy amarrado a la eliminación del voto preferencial y a la paridad y alternancia de género.
No cayó tan bien en los congresistas la idea de las elecciones primarias obligatorias para afiliados y no afiliados.
Tengo esperanza de que se pueda avanzar, porque muchas de las objeciones que he escuchado son porque no se termina de entender el sistema. Los temores se podrían resolver.
¿Cuáles temores?
Algunos congresistas dicen que es inadmisible que los no afiliados decidan sobre la elección de dirigentes de un partido. De acuerdo. La comisión no ha propuesto que la elección de autoridades sea abierta…
Solo la de candidatos.
Así es. Pero incluso, sobre la elección de candidatos, dicen que no es posible que participen militantes de otros partidos. Y eso no va a pasar, porque la elección es simultánea y porque hay una barrera electoral de 1,5%, que si el partido no la pasa pierde su inscripción.
Los militantes deben preocuparse de votar por los candidatos de su partido.
Exacto, no tiene sentido votar por un candidato de otro partido, cuando tu propio grupo está obligado a juntar votos para pasar la valla. La idea es mantener el voto preferencial para los ciudadanos en las primarias y, ya luego, cerrar la lista para las elecciones generales. Yo tengo la esperanza, como digo, de que conversando y explicando se puede avanzar.
Pero los congresistas han tenido tiempo para revisar el proyecto. Más parecen objeciones destinadas a confundir.
Un desconfiado pesimista puede verlo de esa manera, ¿no? Sin embargo, mis compañeros excomisionados y yo tenemos la obligación de ser optimistas.
La de las internas es una reforma de fondo. ¿Se podría hablar de una reforma incompleta si ese proyecto no pasa?
Habría que ver hasta dónde se llega. (Las primarias) podrían cambiar –de una manera importante– cómo funcionan los partidos. Sería una gran decepción si no se aprueba el proyecto o se aprueban avances menores o, peor, si se retrocede.
¿Qué sería un retroceso?
Una elección interna de candidatos solo para afiliados y una lista cerrada sin voto preferencial en las elecciones generales sería un retroceso respecto de lo que tenemos ahora. Esto no ayudaría, se vería como que los partidos se cierran, que toman decisiones solo entre ellos y que los ciudadanos no tenemos nada que decir en el proceso. Hay que ir con cuidado ahí.
Otro proyecto sensible es el de la inmunidad. ¿Se podría considerar que la institución a cargo de evaluar su levantamiento no sea la Corte Suprema, como sugiere el proyecto?
En la Comisión de Reforma pensamos que lo mejor sería la Corte Suprema. Cuando el premier explicó qué entendía por la esencia del proyecto, respondió que no sea el Congreso el que evalúe la inmunidad, dejando abierta la puerta para que no sea la Suprema, necesariamente. Lo central es que la decisión ya no esté en manos del Parlamento.