La campaña de repugnantes mentiras de colectivos tipo “conmishijosnotemetas”, “pro-vida, pro-familia” y similares, llegó al nivel de tener como imagen (¡!) a un sentenciado por ladrón: Edwin Donayre.,A los ateos siempre nos parece raro que millones confíen ciegamente en pastores, sacerdotes o cualquier persona común que asegure hablar a nombre de un dios. Pero en fin: somos minoría y no buscamos convencer a nadie. El respeto a las creencias del otro es la base de la civilización… hasta que resulta evidente que el objetivo de algunos millonarios líderes de ciertas comunidades cristianas es hundirnos en la ignorancia más aberrante. La campaña de repugnantes mentiras de colectivos tipo “conmishijosnotemetas”, “pro-vida, pro-familia” y similares, llegó al nivel de tener como imagen (¡!) a un sentenciado por ladrón: Edwin Donayre (que siga siendo congresista es infame, además) apoyando una marcha que felizmente no congregó multitudes. No solo él: parte de la bancada FP -una organización criminal, como lo viene demostrando la ley- también salió atacando lo más lógico y sensato del mundo: la educación con enfoque de igualdad, respeto y aceptación de todos los humanos. Que gente con los prontuarios de Donayre, FP, o pastores que instan a matar gays y lesbianas, sean los abanderados de “la familia y la fe”, debería indignar a los buenos cristianos que creen en la bondad y el amor al prójimo. ¿Por qué los evangélicos decentes no salen a decir fuerte y claro: “no nos confundan, nosotros no avalamos a los que meten a Dios en discursos de odio”? Es necesario. Se los digo a mis amigos creyentes: los están metiendo injustamente a todos en el mismo saco de cavernarios fanáticos. Cristianos respetables: desenmascaren a tanto predicador de pacotilla que fundó “iglesia” propia para estafar y lucrar con los peores prejuicios y el miedo. Son tiempos en que abstenerse suena a complicidad, o apoyo a la mentira. Si Dios es amor, no lo permitan más.