La soledad creciente de la contra reforma fujialanista.,El fujialanismo podrá seguir teniendo votos suficientes en el congreso para oponerse a la reforma político-judicial vía referéndum, pero su aislamiento del país y distancia de la calle son cada vez más clamorosos. Una expresión del aislamiento es la creación de la Red Cívica por el Referéndum acordada en la asamblea abierta realizada anteanoche por Transparencia, presidida por el embajador Allan Wagner, y con la participación de un grupo plural que incluyó al cardenal Pedro Barreto. Hubo dos acuerdos. El primero, focalizar el esfuerzo de la sociedad civil en el respaldo al referéndum en torno a las propuestas específicas del presidente Martín Vizcarra. El segundo, restablecer condiciones para un diálogo que permita superar la actual crisis política, pero partiendo de asuntos no negociables, por ser indispensables para la reforma, siendo clave la renuncia de Pedro Chávarry a seguir de fiscal de la nación, pues es imposible que se le pueda investigar por supuesta vinculación con el crimen organizado si él sigue al frente del Ministerio Público. Esto no debe descartar el diálogo con el congreso para perfeccionar las propuestas, lo cual sigue siendo el mejor escenario, pero actuando con realismo y sin ingenuidad. Pues, la verdad, hasta ahora la posición del congreso fujialanista sobre la reforma político-judicial es de resistencia disfrazada, ante la evidencia de que eso los desnuda ante la opinión pública, con dos acciones. La primera es demorar el debate para enfriar la calle e ir desprestigiando al presidente Vizcarra pues, mientras él sigue hablando de la reforma, la gente se irá dando cuenta de que, en la práctica, no pasa nada. La segunda consiste en que, mientras el tiempo pasa, se profundiza la campaña de demolición del presidente Vizcarra con denuncias de todo tipo, desde los rones Zacapa de los audios, su gestión como gobernador de Moquegua, y su desempeño como ministro del MTC, para lo cual mandan a su fiscal Chávarry a perseguir al jefe de Estado, repitiendo el modelo ya usado contra PPK. En ese sentido, el diálogo con el congreso pasa por no desnaturalizar el sentido de la reforma, ni perder el carácter de urgencia; y, también, por la salida inmediata de Chávarry. La participación de la sociedad civil en esta reforma es crucial para que el presidente Vizcarra sepa que no está solo, incluso para una cuestión de confianza si el congreso no responde. El diálogo siempre es bueno pero la ingenuidad es muy mala. Ni un paso atrás: Chávarry se va ya y el referéndum va en diciembre.