"La última vez que esto pasó, Paniagua estuvo a la altura. Paniagua era cusqueño. Ahora tenemos a Vizcarra, moqueguano".,La última vez que esto pasó, no eran audios, sino vídeos los que les quitaban el sueño a los corruptos. Pero las instituciones también habían colapsado. El Poder Judicial, el Legislativo, el Ministerio Público, el CNM, todo. Pero al menos los que tenían que renunciar, renunciaban. Pero al menos el Congreso –ese Congreso plagado de tránsfugas– tuvo un ápice mínimo de decencia, asumió el costo moral y cedió el poder a la oposición, eventualmente colocando a Paniagua en la presidencia. La última vez que esto pasó, Cubillas también estaba en la colada. ¿Ya se olvidaron? La República, 31 de mayo de 2002: “[Montesinos] declaró que al ‘Nene’ Cubillas le pagó US$ 3 mil, le hizo una serie de favores judiciales e intercedió para que uno de sus amigos fuera nombrado viceministro, a cambio de que apoye a Fujimori”. Está denuncia no llegó a ningún lugar (a diferencia de Héctor Chumpitaz, que pasó varios meses en arresto domiciliario). La última vez que esto pasó, el contexto internacional era muy distinto. Los prodigiosos 90 acababan de terminar, el mundo vivía la feliz resaca de la post Guerra Fría y la ilusión del triunfo de los valores liberales. Hoy, no es casualidad que tan solo un año después del triunfo de Trump –con el consecuente desinterés del Departamento de Estado en la estabilidad de las Américas– hayamos tenido decenas de muertos en Venezuela y Honduras y que ayer hayamos llegado al muerto número 450 en Nicaragua sin que a nadie se le mueva una pestaña. Los baños de sangre han vuelto a la región. La última vez que esto pasó, los periodistas comprometidos se reciclaron sin problemas. Los más rochosos, como “el Negro” Vidal o los directores de los diarios chicha, salieron de circulación… pero solo ante el ojo público. Por lo bajo, como se está viendo ahora, siguieron allí. Y ahora se les suman los que fueron a la misteriosa reunión de Iza Motors pro Chavarry organizada por Hinostroza. Su largo silencio antiperiodístico los inculpa. La última vez que esto pasó, Paniagua estuvo a la altura. Paniagua era cusqueño. Ahora tenemos a Vizcarra, moqueguano. Quizás sea necesario alguien lejano de las redes de intereses limeños para encaminar los escombros. Eso significó no solo gestos para la platea, sino uno de los gabinetes más potentes de nuestra historia republicana. ¿Tiene Vizcarra el equipo necesario para sacar adelante las audaces reformas planteadas ayer? ¿Las propuestas sometidas a referéndum tienen un diseño institucional detrás o son solo medidas para la platea? Señor Vizcarra: más allá de buenos discursos, necesitamos asegurarnos que esta sea la última vez que esto pase.