"Uno de los argumentos de la opinología K-AG para defender a sus alfiles legales es algo así: 'el golpismo caviar le tiembla al fiscal Chávarry porque avanzará el caso Odebrecht y así caerán los corruptos Toledo, Humala y PPK'",En medio de una crisis metastásica de instituciones republicanas, quizás las siguientes líneas puedan sonar banales. Sin embargo, se derivan de la observación reiterada de una de las estrategias que están usando los defensores de los implicados en los audios. Se trata de una omisión histórica en uno de sus más populares mantras. Vayamos por partes: Es una verdad irrebatible que los audios implican en una serie de hechos de corrupción a altos magistrados cercanos al fujimorismo y al aprismo y a ciertos miembros de estos movimientos (aquí incluyo a uno de sus frecuentes aliados: el entorno de Kouri, incluido Heresi). Esto se debe a una razón muy sencilla: es el grupo que actualmente ostenta el poder. PPK podrá haber ganado las elecciones, pero desde el saque, una por una, las instituciones cayeron bajo el dominio de la alianza entre AG y la señora K. Este proceso ha sido público y notorio y sus adláteres no se tomaron la molestia de ocultar su satisfacción por esas movidas. Quiero decir con esto que si los audios se hubieran grabado hace cinco años, quizás los protagonistas serían de otras tiendas políticas. Pero, qué piña hermanito, les tocó estar en el poder a ellos. Alguien podría intentar rebatirme diciendo que la corrupción es inherente a estos movimientos, que siempre han asumido con descaro su ADN amoral (sino vean todo lo que implica el grito aprista de “¡Mantilla lealtad!”, refiriéndose a cómo comió cana en silencio). Pero eso implicaría olvidar lo que Odebrecht nos enseñó. Y aquí entro en materia. Uno de los argumentos de la opinología K-AG para defender a sus alfiles legales es algo así: “el golpismo caviar le tiembla al fiscal Chávarry porque avanzará el caso Odebrecht y así caerán los corruptos Toledo, Humala y PPK, que fueron puestos por los caviares”. Un momentito. Esto último es revisionismo histórico. Convenientemente olvidan que lo que se puede llamar el caviarismo también apoyó (“tapándose la nariz”) a AG en la segunda vuelta del 2006. O, más precisamente, atacó a Humala con ferocidad. Desde Vargas Llosa hasta la Coordinadora de DDHH, desde Gorriti hasta Edmundo Cruz. Allí está el archivo (lo tengo fresco porque lo consulté para “H&H”, ver el suplemento Domingo de hoy). Incluso Villarán, Diez Canseco y Patria Roja se enfrentaron a los pocos izquierdistas que entonces se treparon al coche humalista. Omitir que la victoria de AG del 2006 se debió, en gran medida, al apoyo de sus adversarios de hoy es parte de una sencilla estrategia: quieren convertir las revelaciones de los audios en otro enfrentamiento fujis vs. antifujis. En otra mecha más de barras bravas. ¡Los caviares defienden a sus protegidos! Pero no es un tema de camisetas. Todo esto es simplemente la exhibición del backstage de una película que todos hemos estado viendo en estos años. Sorry, le tocó a ustedes ser los protagonistas. Son los riesgos de estar en el poder.