Errores. Según analistas, en varias oportunidades los voceros de la empresa minera Southern Perú, en vez de bajar la tensión, contribuyeron a que el conflicto se reavive.,Una serie de episodios contribuyeron a acrecentar el rechazo de los dirigentes y pobladores del valle de Tambo hacia el proyecto minero Tía María de la empresa Southern Perú. El último es el protagonizado por el gerente de Servicios Técnicos de Southern Perú, Carlos Aranda. El jueves pasado, en una presentación en el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú en Lima, indicó que el distrito de Deán Valdivia (Islay) es el más recalcitrante. "Ustedes saben que Deán Valdivia es la cuna de Abimael Guzmán, yo creo que hay algo genético ahí", expresó. PUEDES VER: Gerente de Southern deja entrever que en distrito arequipeño tienen genes terroristas [VIDEO] El analista José Luis López Follegatti hace un recuento y manifiesta que la empresa tuvo varios interlocutores que en su momento hicieron declaraciones equivocadas y desatinadas. López citó a Manuel Sierra López, quien dejó de trabajar en Southern Perú en julio del año pasado. Se desempeñó como vocero de la minera en 2011. En esa época, el funcionario expresaba que Southern no renunciaría a la ejecución del proyecto minero. Sus declaraciones fueron tomadas como una provocación por el frente de defensa que lideraba Pepe Julio Gutiérrez. También agravó la relación, que la minera cerrara el programa laboral que se inició para jóvenes en Tambo. Otro hecho que afectó fue que en 2009 se dijera en una audiencia pública, que se iba usar agua subterránea para el proyecto. Ello causó el rechazo de la población que protagonizó una gresca. Se lanzaron sillas. Otro de los representantes que protagonizó un episodio complicado fue Julio Morriberón Rosas. En marzo de 2015, el funcionario dijo a nivel nacional que como empresa estaban "obligados a denunciar el terrorismo antiminero porque siendo grupos totalmente minoritarios usan la violencia para chantajear a la gran mayoría que está a favor del proyecto". En esa misma declaración, anunció la cancelación del proyecto. El calificativo "terrorismo antiminero" generó indignación en los pobladores del valle de Tambo, quienes sostenían protestas. Morriberón quedó sin piso. A las pocas horas de sus declaraciones, la empresa emitió un comunicado señalando que esas declaraciones no recogían las intenciones de la empresa y aseguraban la continuidad del proyecto de 1 400 millones de dólares. "Ha habido todos estos errores, por eso cambiaron a los funcionarios", manifiesta López. ENCIENDEN LA PRADERA Las declaraciones de Carlos Aranda exacerbaron los ánimos en el valle de Tambo. Los dirigentes no descartan adelantar las protestas que estaban programadas para junio. Además de decir que hay algo genético en el distrito de Deán Valdivia por ser cuna de Abimael Guzmán. El funcionario Aranda añadió que mantienen en buenas condiciones la casa del líder de Sendero Luminoso. Mary Marroquín, presidenta de la Junta de Usuarios de La Ensenada Mejía Mollendo, dijo que lo único que hizo Aranda fue "encender la pradera". "Nosotros seguimos resistiendo, pero esto causa indignación". Mientras tanto, el presidente de la Junta de Usuarios del valle de Tambo, Jesús Cornejo, consideró que las declaraciones de Aranda son graves. "Está bien que esté viviendo una desesperación por ver que el proyecto no avanza, pero no le da la ligereza para vincularnos con el terrorismo", expresó. El dirigente pidió al gobierno que cancele de una vez por todas el proyecto. El analista José López Follegati manifestó que la empresa cometió un grave error. "Cómo se va a acusar a un pueblo con tamaño calificativo de un rezago terrorista". Ayer, Carlos Aranda, a través de una radio local, manifestó que las declaraciones que formuló fueron a título personal. Pidió disculpas por lo dicho.