Conspiración. Documentos secretos estadounidenses desclasificados revelan que poco después de asumir el poder, Fujimori y Montesinos comenzaron a organizar el plan para instalar un gobierno dictatorial con el pretexto de la lucha antiterrorista y que luego derivó en un régimen corrupto.,Desde muy temprano el Departamento de Defensa de los Estados Unidos advirtió sobre la enorme influencia y el manejo del asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos sobre las Fuerzas Armadas, según documentos desclasificados norteamericanos. El Pentágono advirtió que el ascenso y baja de oficiales por indicaciones de Montesinos, con aprobación del mandatario Alberto Fujimori, era una manifestación que preparaba algo para encumbrarse en el poder. Era el golpe de Estado del 5 de abril de 1992. A contracorriente de lo que refiere la historia oficial del fujimorismo, el exjefe de Estado no diseñó la asonada que hoy cumple 26 años. PUEDES VER Al menos desde agosto de 1990 los oficiales estadounidenses en el Perú detectaron conspiraciones para instalar un nuevo régimen de corte cívico-militar en reemplazo de la democracia, supuestamente incapaz de combatir a los terroristas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), de acuerdo con los documentos a los que estuvo acceso La República. “Desde que nuestro contacto nos describió este ‘plan secreto’ a principios de mes, ha habido una serie de hechos que sugieren que esta estrategia puede haber sido la ilusión de un grupo de hombres, en su mayoría ex militares, confidentes del asesor presidencial Montesinos”, se lee en el informe que la embajada de Estados Unidos en Lima despachó a Washington. Pero los conspiradores volvieron a la carga conforme Montesinos fortalecía su ubicación de hombre fuerte de Fujimori. “El asesor presidencial Montesinos personalmente influye en la asignación del personal para posiciones claves, incluyendo oficiales de inteligencia”, refiere el documento emitido por Pentágono en julio de 1991. El informe resalta un hecho que Fujimori y Montesinos pretendieron ocultar por todos los medios: “A fines de los años 70, Montesinos fue acusado de espionaje y pasó una temporada en la cárcel”. Como está comprobado, cuando se produjo el golpe del 5 de abril, Montesinos ordenó a sus secuaces del Ejército robar el expediente de su caso en los archivos del Consejo Supremo de Justicia Militar, y en Palacio de Justicia, los expedientes de los casos por narcotráfico que había defendido, como al capo del Cartel de Medellín que lideraba Pablo Escobar, el colombiano Evaristo Porras Ardila. Sabía que dicha información perjudicaba su reputación, más aún si se trataba de uno de los “cerebros” de la interrupción de la democracia que hasta el día de hoy los fujimoristas la justifican como “necesaria”. Alerta roja En un reporte del Departamento de Estado de octubre de 1991 se llama la atención sobre la intervención directa de Montesinos, con el visto bueno de Fujimori, sobre el relevo y nombramiento de oficiales en el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), que tuvieron no solo una participación decisiva en el golpe fujimorista sino también varios de sus integrantes formaron el Destacamento Especial Colina y el 3 de noviembre de ese mismo año cometerían su primera masacre: Barrios Altos. La República también tuvo acceso a otro informe del Departamento de Estado de fines de diciembre de 1991 en el que se describe cómo Montesinos, en coordinación con Fujimori a espaldas del Ejército, pasó al retiro al general Pedro Villanueva Valdivia para en su lugar designar al general Nicolás Hermoza, consolidándose el triunvirato que pocos meses después asestaría el golpe del 5 de abril. “El general Villanueva fue defenestrado porque no estuvo de acuerdo con la lista de oficiales para ser pasados al retiro que había elaborado Montesinos con el consentimiento del presidente Fujimori”, indica el reporte. Los hechos descritos eran desconocidos por la mayoría de peruanos. Montesinos desde su posición de dominio sobre el SIN y el Ejército organizó la toma del poder por la vía de las armas. La cúpula castrense que organizó el ex asesor sirvió de soporte de Fujimori desde 1992 hasta su fuga en noviembre del año 2000, periodo en que se instaló una organización criminal que expolió los recursos públicos, como ha quedado judicialmente comprobado. Es más, en enero de 1992 el Departamento de Estado norteamericano advirtió de las vinculaciones de Montesinos con el tráfico de drogas y que Fujimori estaba al tanto de dichas relaciones: “Preocupa a la política de los Estados Unidos la existencia de pruebas inconclusas y acusaciones recurrentes que vinculan a Montesinos con la corrupción del narcotráfico”. Fujimori, en lugar de expectorarlo, mantuvo a Montesinos a su lado y dio visto bueno a su plan de toma del poder desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), tres meses después de la alarma norteamericana. El 5 de abril, no hay nada que celebrar. Tributo a ex congresistas contra el 5 de abril El presidente de la Célula Parlamentaria Aprista (CPA), Jorge del Castillo Gálvez, ha organizado para hoy un homenaje a los senadores, diputados y políticos que se opusieron y enfrentaron a los golpistas del 5 de abril de 1992. En la plaza Bolívar frente a la sede del Poder Legislativo, el entonces presidente del Senado, Felipe Osterling Parodi, y sus colegas los senadores Manuel Moreyra y Luis Bustamante Belaunde, además de los diputados Pedro Cateriano y Enrique Ghersi, entre otros, intentaron romper el cerco militar que impusieron Fujimori y Montesinos. La ceremonia será a las 7 y 30 de la noche en el Sector 25 (ex 5a) Avenida Lorenzo de Encalada 238 (ex avenida Cajatambo), Ciudad y Campo, Rímac.,