Calcula AQUÍ tu gratificación de julio 2024
Mundo

Leona Vicario, la hija de un español que ayudó a financiar la independencia de México con su dinero

Considerada como “la mujer fuerte de la independencia”, Vicario fue una pieza fundamental por su crítico y aguerrido carácter, con el que ayudó a México a liberarse de la corona española.

Leona Vicario ayudó a los insurgentes a conseguir la independencia de México. Foto: composición LR/Gobierno de México
Leona Vicario ayudó a los insurgentes a conseguir la independencia de México. Foto: composición LR/Gobierno de México

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, o más conocida como Leona Vicario, es una de las figuras más importantes en el proceso que llevó a México a su independencia aquel 16 de septiembre de 1810. Hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel, esta mujer dejó de lado sus orígenes y su acomodado estilo para luchar por su país y llegar a ser considerada como “la mujer fuerte de la independencia”.

¿Qué hizo Leona Vicario?

Leona Vicario nació el 10 de abril de 1789 en Ciudad de México, capital del entonces virreinato de Nueva España. Hasta los 18 años, vivió con sus padres; sin embargo, quedó huérfana y pasó a estar bajo la tutela de su tío, quien administró su herencia por años. De esta manera, entró a estudiar Bellas Artes y Ciencias. Aquello le permitió desarrollar su sentido crítico sobre los privilegios de su clase.

Tras ello, comenzó a escribir en varios diarios de la época, por tal motivo, es considerada la primera periodista de México. Su trabajo llegó hasta el bando de los insurgentes, quienes se pusieron en contacto con ella para pedirle que se una como vocera de los revolucionarios de la independencia. Vicario aceptó gustosa la oferta y se convirtió en su informante.

Leona Vicario era informante y financió la independencia de México. Foto: El Mirador

Leona Vicario era informante y financió la independencia de México. Foto: El Mirador

No obstante, su apoyo no quedó allí, ya que usó su fortuna para financiar el movimiento independentista. De este modo, brindó refugio a fugitivos, compró armas y municiones, y pagó los gastos que ameritaba la situación. Desafortunadamente, fue descubierta en mayo de 1813, lo que la llevó a ser apresada en el Convento de Belén, mientras que sus bienes fueron confiscados.

Luego de escapar, se casó con Andrés de Quintana Roo, también considerado como un prócer de la independencia. La pareja volvió a ser detenida, pero aceptó ser exiliada a España. Sin embargo, debido a la relevancia que tomaba la lucha de los insurgentes, su viaje no logró concretarse y, en su lugar, se ordenó que se quedaran en su vivienda, ubicada en lo que ahora es el Centro Histórico de la Ciudad de México. Desde ahí, continuó apoyando a la causa libertadora.

De esta manera, logró ver el triunfo independentista en 1821. Tras ello, se alejó de la vida pública. Pasó una vida tranquila hasta el 21 de agosto de 1842, cuando falleció a los 53 años de edad.