
Gigante minera australiana confirma desarrollo de megaproyecto de cobre en América Latina con inversión de US$1.200 millones
La compañía Hot Chili financiará tres megaproyectos, incluyendo una planta desalinizadora y dos yacimientos, con miras a convertir a este país de América latina en líder mundial del cobre.
- El megaproyecto en este país de América Latina que buscará ser un hito en la integración de naciones y cambiar la dinámica económica
- Los 2 países de América Latina que se convertirían en potencias mundiales a partir de 2030 con alianzas de China y Estados Unidos

La minera australiana Hot Chili confirmó una inversión histórica de US$1.200 millones en Chile para impulsar tres megaproyectos estratégicos en la región de Atacama. Esta apuesta busca transformar a la zona en un eje clave para la industria del cobre a nivel global, en un contexto de alta demanda por este recurso vital para la transición energética.
La iniciativa, ya registrada ante la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía, contempla la priorización de trámites para acelerar los permisos, lo que posiciona a Hot Chili como uno de los actores más relevantes en el desarrollo minero en territorio nacional.
Megaproyectos con enfoque hídrico y minero
Entre los planes más ambiciosos de Hot Chili destaca Huasco Water, un proyecto que contempla la construcción de una planta desalinizadora en el Valle del Huasco. Esta instalación no solo abastecerá con agua industrial a las operaciones de la propia compañía, sino que también beneficiará a otras faenas de la región mediante un sistema interconectado de cañerías.
El propósito del megaproyecto hídrico va más allá del suministro para la minería: pretende aliviar la crisis de escasez hídrica que afecta al norte del país, ofreciendo una solución sostenible con visión a largo plazo. Esta infraestructura permitirá reducir la dependencia del agua continental, clave para un desarrollo equilibrado en zonas áridas como Atacama.
Según la minera australiana, el megaproyecto se integra con su visión de responsabilidad ambiental y busca generar impactos positivos tanto en la productividad como en las comunidades locales. La inversión en agua forma parte del paquete total que incluye también las labores en dos yacimientos mineros.
Costa Fuego y La Verde: los pilares del cobre chileno
La apuesta minera se centra en Costa Fuego, un yacimiento de cobre y oro que ya se encuentra en etapa avanzada de exploración. Hot Chili espera obtener los resultados del estudio de factibilidad en 2026. Este proyecto tiene un papel fundamental en la proyección de crecimiento de la empresa en América Latina, dada su ubicación estratégica y su potencial de producción a gran escala.
Además, la compañía confirmó la reciente adquisición de La Verde, una mina ubicada a solo 30 kilómetros de Costa Fuego. Esta cercanía facilitará la logística y permitirá optimizar los recursos técnicos y humanos, con una visión de operación conjunta o complementaria entre ambos sitios.
Los estudios geológicos preliminares indican que el clúster formado por estos dos yacimientos podría llegar a concentrar hasta un 25% de la producción mundial de cobre en las próximas décadas, lo que posicionaría a la región de Atacama como uno de los centros más influyentes del sector minero global.
Prioridad nacional para la inversión extranjera
El megaproyecto de Hot Chili fue inscrito formalmente ante la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS), una instancia dependiente del Ministerio de Economía, lo que otorga un estatus prioritario para la tramitación de permisos. Este instrumento del gobierno chileno busca acelerar iniciativas estratégicas que generen empleo, aporten al PIB y promuevan el desarrollo regional.
La compañía australiana se convierte así en un actor clave dentro del mapa de inversión extranjera en Chile, en un momento donde la seguridad energética, la transición verde y la gestión de recursos naturales se encuentran en el centro de las agendas políticas y económicas.
Chile, el principal productor mundial de cobre, consolida su rol mediante asociaciones internacionales que apuntan a sostener la demanda del "metal rojo", indispensable para industrias como la automotriz eléctrica, las energías renovables y la tecnología de consumo masivo.