Por falta de mano de obra, Gobierno de Japón iguala sueldos entre hombres y mujeres por primera vez
Japón afrontará la brecha salarial entre hombres y mujeres a partir de este 2025, exigiendo a empresas igualdad de sueldo por el mismo trabajo, en un intento por mejorar la equidad de género.
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Durante más de 20 años, Japón mantuvo una marcada brecha salarial de género, afectando especialmente a las mujeres incluso en sectores donde su rendimiento era superior. Sin embargo, el gobierno del presidente Fumio Kishida ha anunciado una medida histórica: a partir de 2025, las empresas estarán obligadas por ley a pagar el mismo salario por el mismo trabajo, sin importar el género. Esta reforma busca reducir la desigualdad laboral y hacer frente a la creciente escasez de mano de obra que amenaza la economía japonesa, la tercera más grande del mundo.
La medida se establece en un contexto donde la población japonesa envejece de forma acelerada y la tasa de natalidad es baja. Este fenómeno dejó vacantes miles de puestos en sectores como el comercio, la sanidad y la tecnología. El gobierno de Japón optó por activar una medida histórica que busca incentivar la participación femenina en el mercado laboral, aprovechando el talento desaprovechado de millones de japonesas que hasta ahora no encontraban condiciones justas en el ámbito profesional.

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¿Por qué Japón tardó dos décadas en igualar los salarios entre hombres y mujeres?
Aunque Japón es conocido por su innovación tecnológica y disciplina laboral, su cultura corporativa mostró gran resistencia al cambio en cuestiones de género. Según un informe del Foro Económico Mundial de 2023, el país ocupaba el puesto 125 de 146 en igualdad de género. Expertos en políticas públicas señalan que "las estructuras empresariales rígidas, junto con valores tradicionales, han perpetuado un sistema en el que las mujeres son vistas como trabajadoras secundarias", explica la socióloga japonesa Yumi Ishikawa.
En muchos casos, las mujeres eran contratadas en condiciones más precarias, sin acceso a ascensos o bonificaciones. Esta situación generó desigualdad y frenó el crecimiento del país. "Cada vez que una mujer abandona su carrera por falta de oportunidades o equidad, el país pierde productividad", sostiene la economista Noriko Tada.

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¿Qué implica esta medida para el futuro de las políticas laborales japonesas?
Se comenzó a implementar reformas profundas que obligan a las grandes empresas a transparentar los salarios por género. Esta exigencia de rendición de cuentas fue bien recibida por parte del sector empresarial más joven, aunque aún genera resistencias en conglomerados tradicionales. "Las compañías que no se adapten, perderán competitividad en un entorno donde la diversidad será clave para la innovación", indicó el ministro de Trabajo, Tetsuya Umeda.
La política laboral también se amplía a planes de formación y liderazgo exclusivo para mujeres, incentivando su incorporación en altos cargos. Se trata de una estrategia que busca no solo equiparar sueldos, sino también abrir espacios de decisión y responsabilidad. De esta manera, el país aspira a construir un entorno más inclusivo y justo.
¿Qué impacto puede tener esta decisión en el resto del mundo?
El caso japonés podría convertirse en un modelo a seguir para otras economías desarrolladas con problemas similares. En palabras de la activista y política Yuriko Koike: "Esta decisión no es solo una victoria para las mujeres japonesas, es un mensaje global de que el talento no tiene género".
Además, organizaciones internacionales como la ONU y la OIT aplaudieron la medida, considerándola un hito en la lucha contra la desigualdad. La mirada del mundo está puesta ahora en cómo se implementará esta reforma y si realmente logrará cerrar la brecha entre hombres y mujeres en el entorno laboral japonés.