Esta es la carta de Erika Morales donde defendía su derecho a la eutanasia tras quedar cuadripléjica: "Estoy muerta en vida"
La joven Érika Morales obtuvo la eutanasia tras una larga batalla legal. En una carta dictada a su hermana, expresó el sufrimiento que padecía desde que quedó cuadripléjica tras un brutal ataque con una botella en una fiesta en Pasto.
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El 1 de marzo de 2024, Érika Deyanira Morales, una joven de 20 años oriunda de Los Andes, Sotomayor, en Nariño, falleció de maneras naturales, poniendo fin a su sufrimiento luego de tres años de dolor e imposibilidades físicas. Su caso conmocionó a Colombia tras la difusión de la carta que le dictó a su hermana, Tatiana Morales, donde defendió su derecho a morir dignamente.
El proceso para acceder a la eutanasia no fue sencillo. Enfrentó una lucha legal contra su EPS, Emssanar, la cual se negó en varias ocasiones a aprobar su solicitud. Finalmente, el 22 de febrero, tras una fuerte presión mediática y jurídica, se le concedió el derecho a morir asistida.
La carta de Érika Morales: "No doy más"
Érika Morales decidió plasmar su sentir en una carta que le dictó a su hermana Tatiana. En este documento, expuso su desesperación y el sufrimiento que vivía día a día.
“Escuchen mis palabras y espero me entiendan. Bueno, en primer lugar, la verdad, es muy difícil para mí y para mi familia, ya que prácticamente vivo por la ventilación mecánica y eso me parece injusto porque para mí no es vida, es solo una vida artificial” expresó la joven.
En su carta, hizo un llamado a la empatía, pidiendo que se respetara su decisión: "No sean egoístas, realmente no doy más. La psicóloga ya habló conmigo y está de acuerdo con mi decisión, porque la verdad, ¿para qué tener a una persona tan joven como yo sufriendo?"
Finalmente, la mujer relató lo siguiente: “Entonces, señores Emssanar (EPS), con todo el respeto que ustedes se merecen, tengan un poquito de corazón y compasión y piedad, si literalmente estoy muerta en vida, entonces no quiero que pierdan el tiempo conmigo, en fin, quiero que respeten mi decisión, quiero que me hagan el favor”
Su hermana Tatiana relató que en sus últimos días, Érika ya no podía hablar, por lo que se comunicaban con un método en el que ella indicaba las letras con el movimiento de su cabeza. Fue así como dejó su última voluntad por escrito.
Un ataque que cambió su vida para siempre
El destino de Érika Morales dio un giro trágico la noche del 2 de agosto de 2021. Con apenas 17 años, disfrutaba de una fiesta en Pasto cuando fue atacada brutalmente en el baño de un bar. Recibió un golpe en la cabeza con una botella de whisky, lo que le causó un infarto cerebral múltiple y una lesión medular severa.
Las consecuencias fueron devastadoras: quedó cuadripléjica, sin posibilidad de moverse ni respirar por sí misma. Durante semanas, estuvo internada en un hospital en estado crítico. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición no mejoró, y tras un año y siete meses, despertó sin posibilidad de recuperar su autonomía.
Desde su regreso a casa, su vida dependió completamente de su familia y del personal médico. Su hermana y su madre, Alba Morales, se encargaron de cuidarla. Con el tiempo, su salud se deterioró aún más, padeciendo una úlcera avanzada y dolores insoportables que la llevaron a buscar una salida a su sufrimiento.
Una batalla legal por la eutanasia
El proceso para acceder a la eutanasia no fue inmediato. La EPS Emssanar rechazó en varias ocasiones su solicitud, obligando a la familia de Érika a iniciar una batalla jurídica y mediática. Finalmente, el 22 de febrero de 2024, la aprobación llegó.
Tatiana Morales expresó el dolor de aceptar la decisión de su hermana, pero también la tranquilidad de saber que descansaría:
"Hoy prefiero mil veces llorarla en una tumba que verla sufrir más", dijo en declaraciones a Noticias Caracol.