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Un hombre fue condenado a la horca por traficar 1 kilo de marihuana que nunca tocó

Tangaraju Suppiah será ejecutado el próximo miércoles 26 de abril. Está detenido desde 2018 y genera preocupación por la dureza de su condena en Singapur.

La familia pide que se frene la condena a muerte por posesión de marihuana. Foto: composición LR/EFE
La familia pide que se frene la condena a muerte por posesión de marihuana. Foto: composición LR/EFE

Tangaraju Suppiah, de 46 años, será ejecutado el miércoles según el servicio penitenciario de Singapur por complicidad en el tráfico de un kilo de marihuana. El hombre fue condenado a la horca por un delito de tentativa de tráfico de droga, previo a su detención, según una sentencia de 2018.

El preso fue arrestado en 2014 por consumo de droga y mientras se encontraba en el penal fue relacionado, mediante una investigación policial, con un delito de intento de narcotráfico que databa de septiembre de 2013, por el fue sentenciado a la pena capital.

El condenado a muerte nunca tocó la droga

Los familiares del reo pidieron clemencia a las autoridades: "Sé que mi hermano no hizo nada malo, pero me gustaría que la justicia revisara el caso desde el inicio", se queja Leela, hermana del preso, sobre los posibles errores que se cometieron durante el proceso, en un acto organizado por la ONG Transformative Justice Collective que pide la abolición de la pena capital.

Además, los familiares enviaron hoy una carta a la presidenta del país, Halimah Yacob, para que reconsidere y acepte la petición de clemencia

De proceder la pena de muerte, Suppiah —quien se declara inocente de la acusación de narcotráfico— sería el primer ajusticiado por Singapur este año, después de aplicar la pena capital sobre 11 reos durante 2022, tras una pausa por la pandemia de la COVID-19.

Amnistía Internacional ha condenado la decisión y la ha calificado de "extremadamente cruel", de acuerdo al portavoz de la oficina regional de la ONG. "Lo que es especialmente preocupante es que Tangaraju nunca tocó la droga", dijo la activista de derechos humanos Kirsten Han.

Singapur posee una de las políticas antidrogas más duras del mundo, situando el mínimo para aplicar la pena capital, que se ejecuta mediante el ahorcamiento, en el tráfico de 15 gramos de heroína y en los 500 gramos de marihuana.