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¿Qué transformaciones hubo en el mundo tras el ataque a las torres gemelas?

La Casa Blanca decidió emprender una indistinta política “antiterrorista” que agravó y cambió la relación diplomática entre países.

A las 8.46 y 9.03 a. m. del 11 de septiembre de 2001, los 2 aviones secuestrados por comandos islamistas se estrellaron contra las torres Norte y Sur del World Trade Center. Foto: Cordon press
A las 8.46 y 9.03 a. m. del 11 de septiembre de 2001, los 2 aviones secuestrados por comandos islamistas se estrellaron contra las torres Norte y Sur del World Trade Center. Foto: Cordon press

El 93% de los estadounidenses mayores de 30 años recuerda su estadía el 11 de septiembre de 2001, según un estudio del centro de investigaciones Pew. El atentado de las torres gemelas es quizá el acontecimiento más relevante del siglo XXI en Occidente.

Por su trascendencia, las autoridades del país potencia cambiaron la política exterior y de ingreso: desde entonces los resguardos para la entrada a suelo estadounidense aumentaron drásticamente.

También hubo un recorte de los derechos humanos expresado en una línea “antiterrorista” proveniente de la Casa Blanca.

Ataques preventivos en naciones “sospechosas de terrorismo”

Nueve días después del derrumbe, el entonces presidente George W. Bush dio comienzo a la “guerra contra el terror” en un mensaje a la nación. En las semanas posteriores comenzó el bombardeo en Afganistán.

En 2002, el Gobierno anunció su estrategia de seguridad nacional: la ejecución de ataques preventivos a posibles amenazas de grupos terroristas. Esta política sirvió para justificar la posterior guerra en Irak. El uso del poderío occidental fue indiscriminado.

Incluso, años después, los subsiguientes jefes de Estado, cabizbajos ante la línea predecesora, continuaron los golpes del terror. “Obama y muchos otros Gobiernos aceptaron que los Gobiernos pueden usar la fuerza militar en contra de actores no estatales como Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico, y que las leyes internacionales sobre la guerra, más que simplemente las leyes internas sobre terrorismo, pueden ser las normas más apropiadas para aplicar”, escribió John B. Bellinger III, investigador del Council on Foreign Relations (CFR por sus siglas en inglés).

En las últimas dos décadas, las fuerzas de Estados Unidos batallaron en, al menos, 24 países.

Crímenes de odio en Estados Unidos contra musulmanes

El FBI da cuenta de que los crímenes de odio contra musulmanes aumentaron en los meses siguientes al 11 de septiembre de 2001. De un año para el otro, crecieron en 481.

En los años posteriores, el reporte de casos se sostuvo por encima de 100. En la última década, se registró un promedio en 12 meses de 198.

La percepción negativa de los musulmanes promovida desde Occidente tuvo recepción en naciones miembro de la alianza militar Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En Italia, Hungría, Polonia y Grecia, un estudio del Centro Pew, hecho en 2016, reveló que el 47% de los consultados tuvieron una visión negativa de la comunidad; mientras que en Reino Unido y Alemania se ubicó en 28% y 29%, respectivamente.

Vigilancia masiva en desmedro del derecho a la privacidad

Los expertos Darrell M. West y Nicol Turner Lee escribieron en el Brookings Institution que “el equilibrio entre privacidad y seguridad nacional cambió de forma notable tras el 11-S. Con la aprobación de la Ley Patriota en octubre de 2001, los funcionarios del Gobierno obtuvieron una nueva autoridad para vigilar posibles amenazas”.

Eso se materializó en solicitaciones de “permiso para monitorear llamadas, emails y/o mensajes de texto”, dice la publicación.

Peor aún, “con la llegada de los teléfonos inteligentes y la prevalencia de las comunicaciones electrónicas, las autoridades desarrollaron nuevas herramientas para vigilar a individuos concretos y hacer seguimiento a su ubicación usando información de geolocalización”.