Ley que veta el aborto a las seis semanas amenaza con generar efecto dominó en EE. UU.
Existe preocupación por que otros estados busquen replicar la legislación que violenta el derecho de las mujeres a acceder a un aborto libre y seguro.
La decisión del Supremo de Estados Unidos de no bloquear una ley que prácticamente prohíbe el aborto en Texas puede alentar a más estados a impulsar normas similares antes de que la alta corte se pronuncie sobre una demanda que desafía su histórico fallo de 1973, que abrió la puerta a legalización de este procedimiento.
Líderes de estados como Arkansas, Dakota del Sur y Florida han expresado su interés en la normativa mientras se espera que Carolina del Sur, Kentucky, Luisiana, Oklahoma y Ohio también podrían seguir esa línea.
La norma que entró en vigor en Texas veta el aborto a las seis semanas de gestación, cuando se puede detectar el latido del corazón del feto y muchas mujeres no saben aún que están embarazadas. No contempla excepciones en casos de incesto o violación.
Uno de sus aspectos más polémicos de la legislación tiene que ver con el hecho de que permite a particulares presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una embarazada a abortar si creen que infringen la prohibición, hecho que violenta a las mujeres que quieran ejercer el derecho a un aborto libre y seguro.
Ello incluye a familiares o, incluso, “al amigo que la lleva al hospital o la clínica”, advirtió el jueves el presidente estadounidense, Joe Biden, quien ha lamentado la decisión del Supremo.
La ley, que recibió el aval del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, en mayo pasado, establece indemnizaciones de hasta 10.000 dólares al demandante si gana el juicio.
Interés entre conservadores
El gobernador de Florida, el también republicano Ron Santis, aseguró el pasado jueves que tendrá que “mirar más significativamente” la legislación de Texas.
También el senador estatal de Arkansas Jason Rapert, promotor del primer proyecto de latido del feto aprobado en el país, anunció en Twitter que ha ordenado que se presente un proyecto que recoja las disposiciones adoptadas en Texas.
“Otros estados claramente van a prestar atención”, señaló Elizabeth Nash, analista del Guttmacher Institute, citada por el diario The Washington Post.
El Guttmarcher Institute consideró que la ley de Texas puede “obligar a muchas personas a viajar distancias dramáticamente más largas” para acceder a esa intervención, con el agravante de que para la mayoría de mujeres en edad reproductiva en ese estado su clínica más cercana estaría en territorios vecinos —Luisiana y Oklahoma— que también tienen “políticas hostiles al aborto”.
Sigue batalla judicial
En la que parece ser una muestra de que la batalla judicial en Texas no ha concluido, la jueza estatal Maya Guerra Gamble concedió el viernes una orden de restricción temporal que impide al grupo Texas Right to Life demandar por ahora a las clínicas que practican abortos en ese estado.
La jueza del tribunal de distrito con sede en Austin respondió a una solicitud que presentó el jueves Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud sexual y reproductiva del país.
Guerra consideró que la norma estatal crea un “daño probable, irreparable e inminente” para esa organización, sus médicos, personal y pacientes.
¿Por qué es importante que las mujeres accedan a un aborto libre y seguro?
El aborto seguro es un elemento de importancia crítica en los servicios de salud. Por este motivo, un grupo multidisciplinario de expertos de diferentes partes del mundo incluyó la atención al aborto seguro como un componente central de una nueva agenda global para los derechos sexuales y reproductivos.
Convocada por la revista médica The Lancet y el Guttmacher Institute, entidad de investigación con sede en Estados Unidos, la Comisión Guttmacher-Lancet planteó en un informe publicado en 2018 una nueva visión para lograr el acceso universal a la salud reproductiva.
El informe de la Comisión presenta y se fundamenta en décadas de investigación que muestran que el avance de la salud y los derechos sexuales y reproductivos es esencial para que las naciones puedan tener un progreso social y económico sostenible, así como para preservar los derechos humanos de todas las personas.
Los beneficios de invertir en los derechos sexuales y reproductivos —incluido el derecho al aborto seguro— son enormes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado —en un estudio de 2017 junto al Instituto Guttmacher— que en los países en donde el aborto está prohibido totalmente o solo se permite su acceso para salvar la vida o salud de la mujer, solo uno de cada cuatro abortos fue seguro. Una realidad distinta es en aquellos países en donde esta práctica es legal: casi nueve de cada diez interrupciones de la gestación se realizaron de manera segura.
Con información de EFE.