COVID-19: Chile inicia vacunación de tercera dosis con AstraZeneca en adultos mayores
Pese que, hasta el momento, ningún estudio científico ha comprobado que sea necesaria una tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19, el ministro de Salud, Enrique Paris, afirmó que una tercera dosis de cualquier inoculación puede producir un aumento de hasta tres veces en la producción de anticuerpos.
Chile inició este miércoles 11 de agosto la administración de terceras dosis de vacuna contra la COVID-19 en los mayores de 86 años, que recibirán una inyección adicional de AstraZeneca, en el marco de un plan que pretende reforzar la inmunidad de los mayores de 55 años.
“Hoy arrancamos con las dosis de refuerzo. (...) Este proceso va a continuar y esperamos que dos millones de personas puedan recibirla antes de septiembre”, celebró el presidente Sebastián Piñera.
En los próximos 10 días podrán acceder a una tercera inyección todos los mayores de 55 años que fueron inmunizados con la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac —fórmula que ha recibido el 72% de la población—, además de las personas inmunocomprometidas. A partir de setiembre, agregó, se ofrecerá esta “dosis de refuerzo” a los menores de 55 años.
Cabe recordar que Chile ha desplegado una de las campañas de inmunización más exitosas del mundo, que alcanza a más del 82% de la población objetivo con dos dosis y a casi el 87% con una inyección, en su mayoría de Coronavac, pero también Pfizer, AstraZeneca y CanSino.
El ministro de Salud, Enrique Paris, afirmó que una tercera dosis, de cualquier vacuna, puede producir un aumento de hasta tres veces en la producción de anticuerpos. “Justamente las personas mayores comienzan a mostrar una caída en su tasa de anticuerpos con cualquier vacuna en torno a los seis meses, por eso hemos decidido colocar esta dosis”, agregó. No obstante, en el caso de la vacuna contra la COVID-19, aún no existen estudios que hayan probado que sea necesaria un atercera dosis.
Chile hace retroceder la segunda ola de COVID-19
La crisis sanitaria en Chile, que deja más de 1,62 millones de contagios y 36.138 muertes, lleva dos meses retrocediendo tras una grave segunda ola que se extendió de marzo a julio y puso contra las cuerdas al sistema hospitalario.
En las últimas semanas, todos los distritos del país, a excepción de uno, en el sur, han dejado atrás la cuarentena, al tiempo que las autoridades aflojaron las restricciones y ordenaron la reapertura de los interiores de los bares y restaurantes, así como los teatros y cines después de meses clausurados.
La tasa de positividad nacional en las pruebas PCR lleva más de diez días por debajo del 2% y el número de infectados nuevos de COVID-19 se ha replegado a niveles no vistos desde abril de 2020.
Pese a la drástica mejoría, las autoridades mantienen el cierre de fronteras para los extranjeros desde abril y el toque de queda de las 12 a. m. hasta las 5 a. m. en la mayor parte del país para evitar que se propague la variante Delta, de la que ya se han confirmado alrededor de 80 casos.