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Malena Martínez, la cineasta que visibiliza al mundo la memoria campesina peruana

Malena llegó a Austria en el 2000, pero nunca olvidó a su querido Cusco. Actualmente se dedica al cine documental y su prioridad es reivindicar la memoria histórica de quienes han sido silenciados.

Malena Martínez, directora y productora de cine.
Malena Martínez, directora y productora de cine.

En Viena, Austria, una mujer lucha por difundir una historia peruana distinta a la que nos han contado. Malena Martínez Cabrera, una cusqueña de corazón, amante del cine y del arte, retrata a través de sus documentales la figura de un segmento invisibilizado y olvidado: los campesinos indígenas.

La República conversó con la cineasta para conocer más de sus inicios, su trayectoria profesional y su último largometraje documental –Hugo Blanco, Río Profundo– que será presentado en diferentes festivales.

A Malena, Tacna la vio nacer, pero pasó los principales años de su vida en Cusco, la tierra de su madre.

“Para mí fue una maravilla experimentar en el campo del Cusco fenómenos como que el día se inicie cuando la luz directa del sol lo ilumina todo y que termine cuando este se va y sale la luna, a diferencia de la dependencia de los focos y postes de las ciudades, son cosas que hasta ahora recuerdo”, dice.

Sin embargo, lo que más la conecta con la capital del Imperio inca es su gente. “Estableces relaciones más directas, no mediatizadas por intereses”, agrega.

Precisamente, esta cercanía fue la que marcó su futuro como profesional en el mundo del cine documental.

Malena Martínez en el centro de la alfombra roja del Festival de Cine de Lima

Malena Martínez en el centro de la alfombra roja del Festival de Cine de Lima

Destino inesperado

Después de culminar sus estudios en Literatura y Lingüística en Lima, Malena decidió emprender un viaje para conocer otras culturas. Empezó por Europa sin imaginar que echaría raíces en uno de sus países.

“Conocí al papá de mi hija en Austria y fue la razón por la que decidí quedarme, por el optimismo del amor”, detalla.

Pero Europa no solo significó un idilio, fue mucho más. Tras estudiar cine documental en Barcelona, en Viena Malena se estableció, se desarrolló como directora de cine y documentalista, y vio la oportunidad para desarrollar temáticas que muchas veces se producen de manera sesgada en el Perú.

“La distancia me ha permitido trabajar sin los peros, los reparos o los prejuicios que tienen muchas personas respecto con los temas que he tratado en mi último film (...) Por ejemplo, hay dos formas de idealización de Hugo Blanco, una positiva y otra negativa. En la primera parte de mi documental yo lo retrato, en ausencia, partiendo de la memoria de la gente. Pero en la segunda, trato de mostrar lo más directamente posible tal como lo conocí, lo vi y oí”, explica.

Presentación del documental Hugo Blanco, río profundo.

Presentación del documental Hugo Blanco, río profundo.

Pese a esto, la cineasta no olvida sus raíces y afirma que pertenece solo al Perú, ya que vivir en el extranjero, en una sociedad diferente a su cultura, ha sido un gran desafío.

Hugo Blanco, el legendario campesino

El despejado cielo de Cusco y la historia de una leyenda que luchó por los campesinos en los años 60 despertó en Malena la emoción y el desafío por transmitir un relato libre de prejuicios, lo más cercano con su experiencia personal.

Tal y como lo recuerdan ella y los cusqueños, Hugo Blanco fue un activista social que defendió a los oprimidos y se levantó contra aquellos que violaban los derechos de los trabajadores del campo. Sin embargo, para mucha gente ajena a esa realidad este personaje está relacionado con eventos subversivos.

“Lo conocí justo antes de viajar a Europa. Fui a un congreso de campesinos como periodista y él estaba ahí, quedé sorprendida porque no sabía que seguía vivo. Cuando lo oí, me di cuenta de que era todo lo contrario al arquetipo de guerrillero que uno conoce o te dicen que es”.

“Hablaba con hermandad, con respeto, con mesura. Además tenía cultura política. tanto como sus compañeros campesinos. En Lima muchos se han quedado con la imagen que los medios difundieron de él: un hombre vestido con ojotas y con una pita de correa”.

Hugo Blanco y Malena Martínez.

Hugo Blanco y Malena Martínez.

Recuperar la memoria

Malena siguió estudios en Barcelona que le permitieron consolidarse como cineasta independiente. Sus primeros trabajos fueron el corto híbrido autodidacta Ramiro en Viena (2002), que obtuvo un premio de la televisión austriaca ORF TV, y el documental Felipe, vuelve (2009).

Siempre estuvo abocada a reivindicar la historia desde una perspectiva diferente, neutral y crítica. En 2014 decidió iniciar con el primer corto sobre Hugo Blanco titulado Hugo Blanco y el periódico Lucha Indígena.

En 2017 realizó el segundo, Cinco trotskistas y Hugo Blanco, con material no utilizado en el largometraje documental que terminaría al año siguiente: Hugo Blanco, Río Profundo.

“Me interesa excavar en el funcionamiento de la memoria y sobre todo en las memorias frágiles e invisibilizadas del movimiento campesino indígena previo a la Reforma Agraria que no se conocen o se recuerda en la historia oficial. En ese relato se ha dejado de lado muchas voces y memorias que nos interesa estimular y es posible rescatar al paso del viaje del documental en el Perú”, afirma.

Hugo Blanco, Río Profundo fue estrenado en la ‘Competencia Internacional del Festival Internacional de Cine Documental de Derechos Humanos One World’ –el festival más grande en su género–, en la ciudad de Praga. Y actualmente ha sido seleccionada por el ‘ImagineNative Film + Media Art Festival’, en Toronto, Canadá –el festival de cine indígena más grande del mundo–, donde se proyectará el 27 de octubre.

En noviembre, estará en festivales en Toulouse (Francia) y Arica (Chile); y en Perú también tendrá presencia en La Convención (Cusco), Arequipa, Huánuco y Lima.

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