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“Brasil dio luz verde a criminales para destruir la Amazonía”, según HRW

La deforestación de la Amazonía brasileña se duplicó entre enero y agosto, pasando de 3.336,7 km2 a 6.404,4 km2.

Incendio en la Amazonía. Foto: EFE.
Incendio en la Amazonía. Foto: EFE.

El gobierno de Brasil “da luz verde” a grupos criminales para destruir la Amazonía brasileña, poniendo también en riesgo a poblaciones locales y comunidades indígenas, denunció este martes la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW).

“A través de sus palabras y acciones, el presidente Jair Bolsonaro le ha dado efectivamente una luz verde a grupos criminales que están destruyendo la Amazonia y ha puesto a los defensores de la selva en grave riesgo”, dijo Daniel Wilkinson, director de derechos humanos y medio ambiente de HRW, durante la presentación del informe “Mafias de la selva tropical”.

Wilkinson afirmó que lo que Brasil precisa para enfrentar el problema de la deforestación, la violencia y la impunidad en la región “es un gobierno que esté comprometido a cumplir la ley y busque proteger a sus comunidades y poblaciones indígenas”.

“Desgraciadamente, lo que hemos visto en el primer año de Bolsonaro es un gobierno que parece decidido a hacer lo contrario”, agregó.

El informe, que brinda una serie de recomendaciones a diferentes instancias del gobierno de Brasil documentó 28 asesinatos de defensores de la selva, cuyos responsables podrían estar involucrados en la tala ilegal de madera.

Algunos de esos asesinatos ocurrieron cerca de núcleos urbanos, afirmó el investigador César Muñoz, autor del documento.

"Hay fallas muy graves" en la actuación oficial y en las investigaciones de las amenazas y muertes, apuntó Muñoz.

Según cifras oficiales, la deforestación de la Amazonía brasileña prácticamente se duplicó entre enero y agosto, pasando de 3.336,7 km2 en ese periodo de 2018 a 6.404,4 km2 este año, el equivalente a 640.000 canchas profesionales de fútbol.

Madereros y hacendados son apuntados como los principales responsables de deforestar la Amazonía para explotar la cría de ganado y vender madera noble autóctona, como la del lapacho, avistado con facilidad por sus flores de colores que resaltan en medio de la alfombra verde amazónica.

Fuente: AFP.