La Corte Suprema decide si el ex mandatario va a la cárcel tras ser condenado por corrupción o si tendrá el derecho a apelar ese fallo en libertad.,Desde hace unas horas se lleva a cabo la audiencia en la que la Corte Suprema decidirá si Luiz Inácio Lula da Silva va a prisión tras ser condenado por corrupción o si tendrá derecho a apelar a ese fallo en libertad. Los once magistrados del Supremo analizan un hábeas corpus presentado por la defensa de Lula en el cual se sostiene que, aun ratificada la condena en segunda instancia, como es su caso, restan apelaciones en tribunales superiores y, por tanto, la pena todavía no puede ser ejecutada. PUEDES VER Lula da Silva enfrenta una semana decisiva para su futuro político A esa tesis se opone una cautelar dictada por el propio Supremo en 2016 y que autoriza el encarcelamiento después de que un fallo haya sido confirmado en segunda instancia. Escenario ilícito En el caso de Lula, declarado culpable de haberse beneficiado en forma ilícita de las corruptelas en Petrobras mediante la cesión de un apartamento en un balneario paulista, la sentencia en la primera instancia fue de nueve años de cárcel, aumentada a doce en una corte superior. Diez días atrás, el Supremo aceptó discutir el hábeas corpus presentado por los abogados de Lula y, además, por un ajustado resultado de seis votos contra cinco, impidió cautelarmente que sea encarcelado hasta que se falle sobre ese recurso. De ese modo, si el hábeas corpus fuera acatado, Lula podrá seguir apelando en libertad a la condena, primero al Superior Tribunal de Justicia y luego ante el propio Supremo, en un proceso que pudiera llevar hasta dos años, según el ritmo de los tribunales brasileños. No obstante, si fuera rechazado, su encarcelamiento debería ser ordenado en cuestión de horas o, a lo sumo, de días. Posiciones encontradas En medios jurídicos, las opiniones sobre el momento en que se debe ejecutar la pena están totalmente divididas, así como están los propios brasileños respecto a la culpabilidad de Lula, quien niega todos los cargos en esa y otras seis causas que aún enfrenta en los tribunales, en su mayoría por corrupción. Prueba de ello fueron varios documentos entregados este lunes al Supremo por organizaciones de jueces y abogados, unos a favor de que Lula sea encarcelado de inmediato y otros en defensa del argumento de sus abogados, que insiste en que una persona no puede ir presa mientras haya posibilidades de nuevas apelaciones. Entre los once magistrados del Supremo, a tenor de sus opiniones sobre ese y otros casos, también parece haber una fuerte división. Analistas jurídicos calculan que cinco están inclinados a aceptar el hábeas corpus que por ahora libraría a Lula de la cárcel, y que otros cinco están rotundamente en contra. El fiel de la balanza sería la magistrada Rosa Weber, quien ha declarado que, personalmente, no cree que nadie deba ir a prisión mientras pueda apelar, pero que en esos casos siempre ha votado según la cautelar del 2016, que ordena ejecutar la sentencia después de confirmada en segunda instancia. ¿Posible beneficio? Como el fallo sobre Lula será en la práctica una revisión de esa decisión del 2016, algunos analistas jurídicos consideran que Weber puede votar entonces según sus convicciones y en contra de la jurisprudencia, beneficiando así al ex presidente. El Supremo ha aclarado que el fallo estará acotado solo al caso de Lula, pero muchos abogados ya prevén que sentaría un precedente que valdría para todo condenado en segunda instancia. De esa manera, si se acata el hábeas corpus, se pueden abrir las puertas de las cárceles para decenas de condenados por corrupción y también para muchos hallados culpables de todo tipo de delitos, que tendrían derecho a intentar amparos similares. En vísperas de la decisión del Supremo, movimientos favorables y opuestos a la tesis de Lula han convocado diversas manifestaciones, tanto para hoy como para mañana, mientras se desarrolle la sesión. Miles presionan al Supremo - Miles de brasileños presionaron a la Corte Suprema en las calles de las principales ciudades del país para que mañana niegue el hábeas corpus preventivo solicitado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, lo que podría dejarlo a un paso de su encarcelamiento tras ser condenado por corrupción. - Las protestas fueron convocadas por el movimiento Vem Pra Rua (Ven a la calle), que adquirió un gran protagonismo durante las masivas manifestaciones contra la corrupción en 2015, en tiempos de la entonces presidenta Dilma Rousseff, y se repitieron en decenas de ciudades en más de 20 de los 27 estados del país.