Gabriela Billotti sobre la falta de público en los teatros: “He hecho función para 3 personas”

Gabriela Billotti es recordada por su paso en las telenovelas “Los de arriba y los abajo” (1994), “Qué buena raza” (2002) y, de forma reciente, “Mi vida sin ti” (2020), pero su carrera artística abarca cuatro décadas. Ahora, vuelve a las tablas con “Cuídate de mí”, producción que irá hasta el 2 de julio. Las funciones son los viernes y sábados a las 8.00 p. m., y los domingos a las 7.00 p. m., en la Asociación de Artistas Aficionados Aficionados (AAA). En esta obra la actriz volverá a trabajar de la mano con el dramaturgo y guionista Eduardo Adrianzén. En conversación con La República, la intérprete niega ser esa villana que a veces le toca interpretar.

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—¿Cómo iniciaste con la actuación?

—Empiezo en la actuación en los años 70, cuando era una niña. De los 11 a los 15 años más o menos. Dejé la actuación, fui a la universidad a estudiar otra cosa, pero yo quería ser actriz. Nunca me convenció la carrera que estudiaba y dije: “¡Basta! Yo quiero ser actriz. No quiero ser otra cosa”.

—¿Qué estudiabas?

—Psicología, en Argentina. Me faltaba un año, y abandoné todo. Volví a Perú y me dediqué a ser actriz. Eso fue en el año 87. Van a ser 40 años.

—¿Te has ‘peleado’ con alguna actriz por un papel?

—No, nunca. Las actrices con las que yo ‘compito’, por decirlo de alguna manera, casi todas somos amigas. Entonces, como me voy a pelear con mi amiga porque consiguió trabajo. Es un medio muy chico. Si consigues trabajo, todos festejamos. Debe haber en alguna parte envidia, pero a mí no me importa.

—Ser actriz no es un trabajo fijo, ¿a qué te dedicas cuando no actúas?

—Cuando no estoy actuando, hago cosas de artes plásticas. En una época hacía cerámica, luego empecé a pintar e hice encuadernación artesanal. Siempre estoy haciendo cosas que implican trabajo físico y artístico.

—Hablemos de “Cuídate de mí”.

—Maravillosa obra de mi mejor amigo Eduardo Adrianzén. Él escribió “Solo por ti”, que fue la primera telenovela que hice cuando volví a Perú, y ahí nos hicimos amigos. Tenemos una relación muy cercana de amistad. Yo también trabajé en la primera obra de teatro que él escribió (“De repente un beso”, 1995). Y luego he trabajado en casi todas sus telenovelas.

—¿Eres su actriz fetiche?

—No, en absoluto. Confía en mi capacidad para sacar adelante los personajes. Más allá de la amistad, si yo fuera mala actriz, no me llamaría. 

—¿Cómo llegaste a “Cuídate de mí”?

—Esta obra ese estrenó el año pasado en la AAA (Asociación de Artistas Aficionados). Yo fui al estreno. Se escribió para la primera actriz Sonia Seminario, que lamentablemente se enfermó. Tuvieron que llamar de emergencia a otra actriz (Attilia Boschetti) que fue la que finalmente hizo la temporada; y, cuando deciden reestrenar, ella estaba en otros proyectos.

Entonces, me llaman a mí y yo dije: ‘¡Qué miedo!’. Primero, porque yo hago tres personajes que fueron escritos para mujeres mayores que yo. No soy una chibola, tengo 57, pero yo no voy a fingir que soy una señora de 80 años. Se notaría falso. Entonces, con el director (Leo Cubas) encontramos un equilibrio para que la gente se crea que soy esas señoras y yo no me sienta incómoda.

—¿De qué trata “Cuídate de mí”? 

—Habla de qué haces por miedo. ¿Serías capaz de traicionar por miedo?, ¿dónde están tus afectos? Las cuatro historias hablan de temas de ahora, de racismo, prejuicios, del miedo al otro porque es diferente a uno. Una cosa que tienen las obras de Eduardo Adrianzén es que pueden estar ambientadas en una época específica, pero son en cierto modo universales. Cambiarían los hechos, pero no cambiaría la esencia de lo que se dice. 

—En el caso de “Cuídate de mí”, ¿cómo fue unirse a un reparto ya establecido?

—Ximena Arroyo es una de mis mejores amigas, y no trabajamos juntas hace muchos años. Con Pold Gastelo somos amiguísimos. A Tania López Bravo y Luis Yovera no los conocía, son actores jóvenes, pero están muy bien, superprofesionales, talentosos.

Al ser un reestreno, Tania, Luis y yo nos hemos integrado a algo que ya estaba armado —hubo pequeñas modificaciones porque tenemos nuestras propias propuestas—. Al director, Leo Cubas, yo no lo conocía, es un chico joven, tiene muy buen ojo y ha sabido guiar con mucha sutileza este proceso para que nos integremos sin sentir que estamos invadiendo un espacio.

—Por tus personajes de villana, ¿sientes que intimidas?

—Cuando recién me conocen, de repente, pero luego se dan cuenta de que soy ‘normalita’, buena gente, colaboradora y chambeo en equipo. Sí, hay gente que dice que yo tengo fama de malhumorada y me quejo, pero no. Soy exigente, tal vez. Digo las cosas como son, y eso a veces puede chocar un poco, pero cuando me conocen de verdad se dan cuenta de que no. Es pura leyenda, pura mala fama. 

—¿Pides modificaciones en tu personaje según lo vas interpretando?

—No, a mí me entregan el libreto, y, así como es, así se hace. En el proceso de hacer las pasadas, ensayar con el director, con mis compañeros pueden surgir cambios, pero hay un respeto al dramaturgo. Quién soy yo para estar cambiando lo que escribió.

—¿Cuál es tu personaje más querido?

—Es Sor Mariana (en “Los de arriba y los de abajo”). Yo estaba embarazada de verdad, y me hicieron monja para disimular la barriga, la embarazaron e hicieron que nazca. Y cuando nace mi hija mayor, me dicen: ‘Te vamos a traer un bebé’ (para el personaje), pero yo dije: “¿Por qué no usamos a mi hija?”. Yo igual le daba de lactar y la tenía que llevar conmigo a las grabaciones. Entonces, trabajé con mi hija a los 10 días de nacida. Me la llevé al rodar porque tuve que volver a grabar al tope.

—¿Te confundieron con un personaje que interpretaste?

—Sí, hay gente que se confunde un poquito. La siguiente novela, después de “Los de arriba y los de abajo”, fue “Los unos y los otros”. Ahí hacía de una alcohólica; y, en una firma de autógrafos, una señora se me acercó y me dijo: “Ay, te iba a traer una botella de vino, a ti te gusta, ¿no?”. Ahí me di cuenta: estaba hablando con el personaje, no conmigo. 

—¿Esas situaciones te hacen replantear tu siguiente papel?

—No, me dicen que hago muy bien mi trabajo. 

—¿Te ha preocupado que la sala no este llena?

—He hecho función para tres personas. 

—¿Cómo te sentiste? 

—Lo haces. Esas tres personas se tomaron el trabajo de salir a su casa, llegar al teatro, pagar su entrada y sentarse ahí. Merecen respeto.

—Rodrigo González, ‘Peluchín’, contó que Michelle Alexander le ofreció actuar, él se negó porque no era actor; y ella respondió: “¿Pero quién actúa?”. ¿Eso desvaloriza el trabajo de los actores profesionales?

—Michelle Alexander es una persona que respeta absolutamente a los actores. La conozco desde que soy una niña, y tengo una relación con ella más allá de lo laboral. Sí, es una empresaria y da trabajo a más de 100 personas al mes. Puede llamar a alguien que no es actor, porque le conviene, porque tiene muy buen ojo y cree que esta persona puede hacerlo a pesar de no ser un actor profesional con estudios; también por marketing, por tener a una persona que genera polémica y que la gente va a querer ver; pero que Michelle Alexander diga: “¿Quién actúa?”, eso no lo creo. A ‘Peluchín’ no lo conozco.

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— ¿Es Lulú de “Qué buena raza” tu personaje más conocido?

— Puede ser. Yo no era consciente hasta hace poco de lo querido que fue ese personaje. El otro día, en un mercado, fui a comprar fruta y me miraban unas las chicas y yo: ‘¿por qué me miras?, son muy jóvenes’. Y me decían: tú eres Lulú de la novela. Y yo: “Pero ustedes eran recién nacidas”. Y me dicen: ‘“Qué buena raza” la están repitiendo de madrugada’. Incluso en Instagram, hay gente (que no conozco) que comentan las fotos: ‘Lulú’. Y hasta me hicieron un meme. Un amigo me lo mandó, entonces, ya soy un meme, ya trascendí.

¿En qué producciones trabajó Gabriela Billoti?

Gabriela Billotti es una actriz argentina que empezó a trabajar en TV a los 11 años. Ha participado en decenas de producciones entre las que destacan “Los de arriba y los abajo” (1994), “Qué buena raza” (2002, “Los unos y los otros”, “Nuestra Historia”, “Mi Esperanza” y “Mi vida sin ti” (2020). 

Gabriela Billotti vuelve a las tablas con “Cuídate de mí”, producción que irá hasta el 2 de julio. Las funciones son los viernes y sábados a las 8.00 p. m., y los domingos a las 7.00 p. m., en la Asociación de Artistas Aficionados Aficionados (AAA). En esta obra, la actriz volverá a trabajar de la mano con el dramaturgo y guionista Eduardo Adrianzén.